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Entretien avec Abilio Estévez

05 Mars 2015

Entretien avec Abilio Estévez

(Abilio Estévez est l’auteur d'Itinerario secreto de La Havana.)

Hélène Davoine – ¿Señor Estévez, pudiera precisar el contexto en que redactó Inventario secreto? Sé que le tomó un largo tiempo, y que lo terminó después de su exilio en Europa…

Abilio Estévez – Cuando salí definitivamente de Cuba y llegué a Barcelona, padecí un bloqueo, una crisis de creación. Pensé que no podría escribir más. Como a muchos, la experiencia del exilio me hizo pensar que toda mi capacidad de creación se había agotado. Mis amigos de Tusquets, Antonio López Lamadrid y Beatriz de Moura, se dieron cuenta de mi crisis. Con el ánimo de ayudarme sin que me diera cuenta, me pidieron que escribiera un libro sobre leyendas de La Habana. Comencé a buscar leyendas sobre La Habana, y a escribirlas. Poco a poco, sin embargo, el libro que sería uno de leyendas y tradiciones, terminó convirtiéndose en un libro personal, memorialístico, con mucho de narrativa, de ficción y de recuerdos. Ese es el surgimiento de Inventario secreto de La Habana. Un libro que me salvó de una crisis de mudez.

H. D. – Monsieur Estévez, vous serait-il possible de donner plus de détails sur le contexte de rédaction d'Inventaire secret ? Je sais que cela vous a occupé durant un long moment, jusqu'à votre exil en Europe...

 

A. E. – Lorsque j'ai définitivement quitté Cuba et que je suis arrivé à Barcelone, j'ai souffert d'un blocage, d'une crise d'inspiration. J'ai pensé que je ne pourrais plus jamais écrire. Comme cela arrive à beaucoup, l'expérience de l'exil m'avait fait croire que ma capacité de création toute entière s'était épuisée. Mes amis de Tusquets, Antonio López Lamadrid et Beatriz de Moura, se rendirent compte de la crise que je traversais. Avec le désir de m'aider sans que je m'en rendis compte, ils me demandèrent d'écrire un livre sur les légendes de La Havane. Je me mis à chercher des légendes sur la ville, et à les mettre par écrit. Peu à peu, toutefois, ce qui devait être un livre de légendes et de traditions, a fini par se transformer en un livre personnel, avec une forte dimension mémorielle – narration, fiction, souvenirs. Voilà la genèse de l'Inventaire secret de La Havane. Un livre qui m'a sauvé d'une crise de mutisme.

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H. D. – ¿Le parecería que los seis largos capítulos de su Inventario secreto pudieran constituir seis grandes ensayos? En el sentido de que el paseo en La Habana es la ocasión de reflexionar sobre temas más generales (la identidad cubana, su experiencia sensual y sexual…).

A. E. – Sí, indiscutiblemente, en el libro hay recuerdos, ficciones y una necesidad de reflexionar sobre la identidad, sobre la condición de isla, de isleño. Y quizá también un intento de desvelamiento de la identidad cubana (frase que me provoca cierto rubor, o cierta incertidumbre). La experiencia sensual y sexual ha sido para mí determinante a la hora de enfrentarme a mi vida y a mi país.

H. D. – Vous semble-t-il pertinent de considérer les six longs chapitres d'Inventaire secret comme des essais, dans le sens où la promenade dans La Havane est l'occasion de réfléchir à des thématiques plus globales, comme l'identité cubaine, ou l'expérience sensuelle et sexuelle ?

 

A. E. – Oui, indiscutablement. Il y a dans le livre, au-delà des souvenirs et des récits fictifs, la nécessité de réfléchir à l'identité, à la condition d'île, d'insulaire. Et peut-être également la tentative de dévoiler ce que pourrait être l'identité cubaine (expression qui suscite en moi un certain trouble, ou un certain doute). Lorsqu'il s'est agi de considérer ma vie et mon pays, l'expérience sensuelle et sexuelle s'est en tous cas révélée déterminante.

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H. D. – ¿Cuál es el papel que juegan las citaciones de autores que ha decidido incluir a su texto? He notado que la tonalidad de esas citas, frecuentemente eufóricas o laudatorias, contrastan con la tonalidad del resto del texto, en el cual, si bien es cierto que hay humor, se nota también cierta melancolía. ¿Sería quizás que, por la mayor parte, esos autores no eran cubanos?

A. E. – Creo que con las citas de otros autores intenté dar una visión más integradora de mi ciudad. Unas veces me servían de apoyo; otras, de divergencia. Quería crear cierto conflicto en el lector y al mismo tiempo intentar demostrar que la mía era una ciudad “literaturizada”, es decir, una ciudad escrita, poetizada. Es probable que muchos de esos autores miraran mi ciudad desde una distancia que a mí no se me permitía... Y de mi melancolía no puedo hablar mucho. Creo que es un “defecto de sangre”, como decía Montaigne. Soy un melancólico que siempre cree que “la verdadera vida está en otra parte”.

H. D. – Quel serait pour vous le rôle des citations d'auteurs que vous avez décidé d'intégrer à votre texte ? Il m'a semblé que la tonalité de ces citations, tonalité le plus souvent euphorique ou laudative, contraste avec celle de votre propre texte dans lequel, malgré l'humour certain, une certaine mélancolie est perceptible. Serait-ce parce qu'il s'agit pour la majorité d'auteurs qui ne sont d'origine cubaine ?

 

A. E. – Je crois que j'ai essayé, au travers de citations d'autres auteurs, d'offrir une vision plus complète de ma ville. Parfois, ces citations me servaient de point d'appui ; parfois, au contraire, elles révélaient une divergence. J'ai voulu créer un certain conflit chez le lecteur, et en même temps, essayer de montrer que ma ville était de nature littéraire, c'est-à-dire écrite, poétisée. Il est probable que ces auteurs considéraient La Havane avec une distance qui à moi m'est interdite... Quant à ma mélancolie, que puis-je en dire ? Je crois que c'est un « défaut de sang », comme disait Montaigne. Je suis un mélancolique, convaincu que « la vraie vie est ailleurs ».

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H. D. – Quisiera interrogarle sobre sus influencias literarias. A partir de lo poco que conozco de la literatura cubana, me parece que en lo que refiere tanto a su concepción de la libertad física y sexual como a la reivindicación de su homosexualidad, se pudiera evidenciar una filiación con Lezama Lima, o aún con Reynaldo Arenas. ¿Qué le parece? (…) Le pido disculpa si esta pregunta no le parece muy pertinente.

A.E. – No en lo absoluto me parece una pregunta impertinente. Es más, creo que es muy pertinente. En ciertos años de la revolución, de los 60 y los 70, los homosexuales cubanos sufrieron mucho. Había, pues, una necesidad de asumir la propia sexualidad, con los riesgos que esto implicara. Ahora bien, la reivindicación de la homosexualidad propia no sólo me viene de Lezama Lima o de Reynaldo Arenas, sino mucho más de Virgilio Piñera, quien fue no sólo un escritor admirado, sino un amigo, un gran amigo... También hay muchos libros, como Hombres sin mujer de Carlos Montenegro, por ejemplo, que ejercieron sobre mí una influencia fuerte.

H. D. – Je voudrais à présent vous interroger sur vos influences littéraires. A partir du peu que je connais de la littérature cubaine, il me semble néanmoins qu'à considérer votre conception de la liberté physique et sexuelle, ou la revendication de votre homosexualité, on pourrait établir une filiation avec Lezama Lima... ou même avec Reinaldo Arenas. Qu'en pensez-vous ? (…) Je vous prie de bien vouloir me pardonner si la question vous semble peu pertinente.

 

A. E. – Elle ne l'est en rien. Au contraire, je crois que cette question est très pertinente. Pendant la Révolution, au cours des années 60 et 70, les homosexuels cubains ont beaucoup souffert. On sentait la nécessité d'assumer sa propre sexualité, malgré les risques que cela impliquait. En réalité, le fait de revendiquer mon homosexualité ne me vient pas tant de Lezama Lima ou de Reinaldo Arenas que de Virgilio Piñera, qui était non seulement un écrivain que j'admirais, mais aussi un ami, un grand ami... Beaucoup de livres, comme L'Homme sans tête, de Carlos Montenegro, par exemple, ont également eu sur moi une forte influence.

***

H. D. – Usted sabe que mi tesina se propone comparar su Inventario secreto con una obra de juventud de Camus, Bodas, publicada en 1938. Conozco su gusto por la literatura europea, así que quisiera preguntarle si ha leído a Camus y si conoce Bodas. Consta con cuatro ensayos cortos que relatan los paseos de Camus en su Argelia natal, en las orillas del mar mediterráneo. Camus reflexiona sobre la importancia del cuerpo, sobre lo que podría constituir una enseñanza del cuerpo, quedando entendido que si por su esencia misma el placer no puede durar, quizás haya que fundar la alegría de vivir en la conciencia de la finitud humana. ¿Esta idea tiene una resonancia particular en Usted? ¿Le parece que se podría hablar de una gaya ciencia del cuerpo, retomando la expresión famosa de Nietzsche?

A. E. – Sí, claro que había leído a Camus, desde mis inicios en la universidad, hacia 1973. Lo primero que leí fue El extranjero, que se publicó en Cuba por aquellos años. Y te confieso que fue una impresión muy fuerte. Creo que no lo entendí bien hasta años después, pero la imagen de aquel hombre desapegado me resultó inolvidable... Tengo dos recuerdos muy fuertes de esos años, que fue la lectura de El extranjero y la lectura de Reflejos en un ojo dorado, de Carson McCullers. Luego, cuando ya era amigo de Virgilio Piñera, conocía aún más a Camus, puesto que él lo admiraba muchísimo. Leí El malentendido, Calígula. En una de aquellas tertulias a las que íbamos los sábados con Piñera, esté leyó la conferencia que Camus dio en Upsala, cuando recibió el Nobel. Y me regaló un ejemplar que contenía El mito de Sísifo y El hombre rebelde... Un libro que creo que me ayudó mucho a entender la literatura fue El revés y el derecho, que también es un libro de juventud. Leí Bodas en francés, cuando era un estudiante de francés. Ahora se impone que la relea en español, puesto que me has puesto en una disyuntiva maravillosa... Tienes toda la razón en entender la alegría que provoca el cuerpo, la enseñanza del cuerpo y lo efímero como uno de los brillos que elevan ese valor hasta alturas increíbles... La nostalgia que acompaña al gozo del placer que se sabe instantáneo. “Detente, instante, eres tan hermoso”, decía el Fausto de Goëthe. Sí, claro que se podría hablar de una gaya ciencia. Creo que lo has visto bien y que eres muy perspicaz.

 

 

H. D. – Vous savez que mon mémoire se propose de comparer votre Inventaire secret à une œuvre de jeunesse de Camus, Noces, publiée en 1938. Je connais votre goût pour la littérature européenne, aussi souhaiterais-je vous demander si vous avez lu Camus et si vous connaissez Noces. Le livre est constitué par quatre courts essais qui retracent les promenades de Camus dans sa terre natale, sur les rives algériennes de la Méditerranée. Camus réfléchit à ce qui pourrait constituer un enseignement du corps, étant entendu que si le plaisir physique, par sa nature même, ne peut durer, peut-être alors faut-il fonder la joie de vivre précisément sur la conscience de la finitude humaine. Quelle résonance suscite en vous cette idée ? Vous semble-t-il que l'on pourrait parler d'un gai savoir du corps, pour reprendre la célèbre formule de Nietzsche ?

 

A. E. – Oui bien sûr, j'avais lu Camus dès mes premières années à l'université, vers 1973. J'avais commencé par lire L'Etranger, dont la publication à Cuba date de ces mêmes années. Et je t'avoue que cette lecture avait suscité en moi une sensation forte. Je crois que je ne l'ai bien compris que des années plus tard, mais l'image de cet homme détaché de tout fut pour moi inoubliable... Je garde deux souvenirs très forts de ces années-là : la lecture de L'Etranger, et celle de Reflets dans un œil doré, de Carson McCullers. Par la suite, lorsque je suis devenu l'ami de Virgilio Piñera, j'ai eu l'occasion d'approfondir ma connaissance de Camus, qu'il admirait beaucoup. J'ai lu Le Malentendu, Caligula. A l'une des réunions littéraires où nous nous rendions le samedi avec Piñera, il avait lu la conférence que Camus avait prononcé à Upsala, lors de la remise du prix Nobel. Il m'avait également offert un volume qui contenait Le Mythe de Sisyphe et L'Homme révolté... Je crois que le livre qui m'a beaucoup aidé à comprendre la littérature a été L'Envers et l'Endroit, qui est également un des textes de jeunesse de Camus. J'ai lu Noces en français, lorsque j'étais étudiant. A présent, il faut que je le relise en espagnol, puisque tu m'as placé au cœur d'une merveilleuse alternative... Tu as tout à fait raison de t'intéresser à la joie provoquée par le corps ainsi qu'à l'enseignement que l'on peut en tirer, et également de considérer que son caractère éphémère lui confère un éclat qui l'élève à des hauteurs incroyables... La nostalgie qui accompagne la satisfaction d'un plaisir qui se sait celui d'un seul instant. « Arrête-toi, tu es si beau ! », disait le Faust de Goethe à l'instant qui passe. Oui, bien sûr que l'on peut parler d'un gai savoir. Je crois que tu l'as vu avec beaucoup de perspicacité.

 

***

H. D. – Muchísimas gracias. Quisiera ahora interrogarle respecto a la temática del cuerpo, en la que centro en mi trabajo. En la página 176 de Inventario secreto, Usted propone una magnífica definición del cuerpo y del alma. ¿Qué le parece ahora de esta doble definición? ¿Quisiera añadir algo?

“La Habana estalla. Se fragmenta en espejismos, en partículas. Todo se vuelve falacia. No sólo edificios, estatuas, parques, calles, monumentos, sino también la infeliz mujer y el hombre infeliz que se ven obligados a transitar por sus aceras desgastadas. Y como ningún de los dos es sólo cuerpo – esa materia que se desplaza por el dédalo de una ciudad –, sino que también están hechos de otra materia compuesta de anhelos, esperanzas, ambiciones, angustias, alegrías, recuerdos, añoranzas, satisfacciones, frustraciones, eso que de algún modo escéptico llamamos “el alma”, ocurre que, borrando la luz de modo terminante esos cuerpos, borra también las almas, y el resultado es la fantasmagoría.2”

 

A. E. – No, creo que no añadiría nada a esa frase. Ahora que la leo después de tanto tiempo, me parece que la volvería a escribir igual.

H. D. – Merci beaucoup. Je voudrais à présent vous interroger à propos de la thématique du corps, sur laquelle j'ai centré mon travail. Vous proposez page 176 de votre Inventaire secret une magnifique définition du corps et de l'âme. Que pensez vous maintenant de cette double définition ? Souhaiteriez-vous y ajouter quelque chose ?

 

A. E. – Non, je crois que je n'ajouterais rien de plus à cette phrase. A présent que je la relis, après tellement de temps, il me semble que je la réécrirais de la même façon.

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H. D. – Quisiera también preguntarle respecto a la identidad habanera, sobre la cual mucho ha reflexionado Usted en su libro. ¿Se podría decir de La Havana, tan sensual, que es una ciudad hedonista, epicureísta, o aún materialista?

A. E. – Esto es muy difícil de responder. Es que La Habana es hedonista en un sentido naïf, ingenuo, ignorante. De un cierto cinismo también primitivo, sin rebuscamientos. Es una ciudad que no tiene una filosofía, que goza porque es la única puerta que tiene para su tristeza... Yo diría más bien que es pagana. Quiero decir, que sus dioses no premian ni castigan, no hablan de pecado. Son dioses que permiten cualquier placer y se implican en ello.

H. D. – Je souhaiterais également vous interroger sur l'identité de La Havane, à propos de laquelle vous réfléchissez beaucoup dans votre livre. Pourrait-on dire de La Havane, si sensuelle, qu'elle est une ville hédoniste, épicurienne, ou même matérialiste ?

 

A. E. – Il est difficile de répondre à cette question. La Havane est hédoniste dans un sens naïf, ingénu, innocent. Au sens d'un certain cynisme aussi, sans raffinements. C'est une ville qui n'a pas de philosophie, qui jouit parce que c'est la seule manière d'échapper à sa tristesse... Je dirais plutôt qu'elle est païenne. Je veux dire, que ses dieux n'offrent de récompense ni ne châtient, qu'ils ne parlent pas de péché. Ce sont des dieux qui permettent tous les plaisirs et qui y prennent part.

 

***

H. D. – Así, La Habana, que constituye en cierta manera el personaje principal de Inventario secreto, aparece en el texto como una mujer libidinosa, como si su apariencia resultara de la proyección de los apetitos y deseos de sus habitantes...

A. E. – La Habana es la protagonista. O esa, al menos, fue mi intención.

H. D. – Ainsi, La Havane, qui est d'une certaine manière le personnage principal d'Inventaire secret, apparaît dans le texte comme une femme libidineuse, comme si son apparence résultait de la projection des appétits et des désirs de ses habitants...

 

A. E. – Oui, La Havane est bien la protagoniste. Du moins, telle a été mon intention.

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H. D. – Sin embargo, por otro lado, se habla también mucho en su Inventario secreto de la muerte y de los cementerios. En La Habana, los contrarios se entrelazan, como el deseo y el miedo, el sexo y la muerte, hasta finalmente reformar las dos mitades complementarias e inseparables de la ciudad.

A. E. – Si, y yo te puedo contar que en mi infancia, ir al cementerio los días de Fieles Difuntos, era una fiesta. No porque tuviera la connotación que tiene en otros países, como México, pero era muy hermoso ver a las familias reunidas en la noche, en torno a las tumbas, iluminadas con velas, conversaban, hacían chistes, recordaban a sus muertos con cierta alegría. Y claro que sí, que el deseo, el miedo, la muerte y el sexo están muy vinculados. Eso que se llama el Eros y el Tánatos... Lo que no sé bien si es una característica de La Habana o en todos los sitios es un poco así.

H. D. – Cependant, d'un autre côté, on parle aussi beaucoup dans votre Inventaire secret de la mort et des cimetières. A La Havane, les contraires s'entrelacent, de même que le désir et la peur, le sexe et la mort, jusqu'à finalement reformer les deux moitiés complémentaires et insécables de la ville.

 

A. E. – Oui, et je peux te raconter que durant mon enfance, le fait d'aller au cimetière lors de la Fête des Morts, était une fête. Non pas pour la connotation que cette fête peut avoir dans d'autres pays comme le Mexique, mais parce que c'était très beau de voir les familles réunies la nuit autour de tombes illuminées par les bougies se mettre à discuter, à raconter des histoires drôles, à se rappeler leurs morts avec une certaine gaieté. Et bien entendu, le désir, la peur, la mort et le sexe étaient très liés entre eux. C'est ce que l'on nomme Eros et Thanatos... Et cela, je ne sais pas s'il s'agit d'une caractéristique de La Havane, ou si c'est un peu la même chose partout.

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H. D. – Habla Usted de “una sociedad tan racista como la cubana” (p. 163). ¿Le parece así que el racismo es algo predominante en esta sociedad? ¿Qué espacio queda para lo que llama la “felicidad del mestizaje” (p. 323), y que podría corresponder a una sociedad más tolerante, más abierta a la riqueza del otro?

A. E. – Sí, La Habana es una ciudad de un racismo oculto y latente. Y el mestizaje no impide ese racismo. Como todo racismo, lo hay hacia un lado y hacia otro, por supuesto. En Cuba hay una especia de frase terriblemente racista que dice: "La necesidad hace parir mulatos”. Es decir, que la necesidad desesperada de hacer el amor, puede conducirte a acostarte con un negro. Ese racismo en un país tan mezclado es una situación compleja y difícil de explicar.

H. D. – Vous évoquez « cette société cubaine si raciste »(p. 163). Le racisme est donc prédominant ? Quelle place reste-t-il pour ce que vous désignez comme « le bonheur du métissage » (p. 323), et qui pourrait correspondre à une société plus tolérante, plus ouverte à la richesse de l'autre ?

 

A. E. – Oui, La Havane est une ville au racisme masqué, latent. Et le métissage n'empêche pas ce racisme. Comme tout racisme, il est dirigé vers l'un et l'autre bord, bien entendu. A Cuba, il y a une phrase terriblement raciste qui dit : « La nécessité engendre des métisses. » C'est-à-dire que le besoin désespéré de faire l'amour peut te conduire à coucher avec un Noir. Ce racisme-là, dans un pays à la population si mêlée, est une situation complexe et difficile à expliquer.

***

H. D. – Quizás hubiera finalmente que reconocerle a la belleza el poder de traspasar la melancolía y el peso del destino. En Inventario secreto, los cuerpos jóvenes, dinámicos, viriles, desempeñan así un papel central. ¿Le parece que se pudiera relacionar esta concepción de la belleza con el ideal antiguo griego de perfección física?

A. E. – Si te soy sincero, podría especular mucho sobre la influencia del arte griego, etc., pero no diría la verdad. Esa concepción de la belleza es la mía, es mi modo de disfrutar la perfección humana, que no tiene que ver con cánones pre-establecidos, sino con lo que siento frente a la persona que tengo delante. Siempre admiré los chicos viriles, fuertes, ágiles que hacían lo que yo no podía hacer. Luego he visto que no descubría nada, que ya eso estaba en el arte, desde los griegos hasta Leni Riefenstahl, pasando por Cernuda y Reynaldo Arenas. Pero partí siempre de mí mismo, de mi admiración y de mi disfrute. La relación existe, pero yo no me la impuse.

H. D. – Peut-être faudrait-il finalement reconnaître à la beauté le pouvoir de surmonter la mélancolie et le poids du destin. Dans Inventaire secret, les corps jeunes, dynamiques, virils, jouent ainsi un rôle central. Vous semble-t-il possible d'établir un lien entre cette conception de la beauté et l'idéal grec antique de perfection physique ?

 

A. E. – Pour être sincère, je pourrais spéculer longtemps sur l'influence que l'art grec a eu sur moi, etc., mais je ne te dirais pas la vérité. La conception de la beauté qui est la mienne, ma manière de jouir de la perfection humaine, n'est pas en rapport avec des canons pré-établis, mais avec ce que je ressens face à la personne qui se tient en face de moi. J'ai toujours admiré les garçons virils, forts, agiles, qui étaient capables de faire ce à quoi je ne parvenais pas. Ensuite, j'ai compris que je ne découvrais rien de nouveau, que tout cela était déjà dans l'art, depuis les Grecs jusqu'à Leni Riefenstahl, en passant par Cernuda et Reinaldo Arenas. Mais je suis toujours parti de moi-même, de mon admiration et de mon plaisir. Aussi, s'il existe un lien certain, je ne me le suis jamais imposé.

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H. D. – (…) Entonces, ¿cómo se podría explicar el misterio de la remanencia del miedo junto al placer físico? Incluso en la experiencia sexual...

A. E. – Me parece que esto no sé explicarlo. Quizá mi condición de homosexual en una sociedad machista me hizo ver siempre el cuerpo bello asociado con la posibilidad de rechazo. O el miedo a ser descubierto. O el miedo a la humillación posterior. La vejez, la enfermedad y la muerte me provocan miedo, sin duda alguna. Sólo que eso se sabe. Es una verdad irrefutable, mientras que un cuerpo hermoso es siempre una sorpresa, un sobresalto, una perplejidad.

H. D. – (…) Ainsi, comment pourrait-on expliquer le mystère de la rémanence de la peur à côté du plaisir physique ? Jusque dans l'acte sexuel...

 

A. E. – Je crois qu'il m'est impossible d'expliquer cela. Peut-être ma condition d'homosexuel au coeur d'une société machiste m'a-t-elle toujours fait associer au beau corps la possibilité d'un rejet. Ou la peur d'être découvert. Ou la peur de l'humiliation à venir. La vieillesse, la maladie et la mort provoquent en moi de la peur, sans aucun doute. Mais c'est quelque chose de parfaitement certain. C'est une vérité irréfutable, alors qu'un beau corps est toujours une surprise, un sursaut, une perplexité.

 

***

H. D. – Así, ¿se podría terminar esta conversación con la conclusión que el mal no viene del cuerpo... sino de afuera?

A. E. – (…) El cuerpo es algo que está ahí y exige gloriosamente que sus deseos sean satisfechos. Y siempre que no se dañe a alguien, siempre que no ofenda, lastime o hiera a alguien, nada en él es reprehensible. (...) El mal no viene del cuerpo ni quizá del espíritu, sino del horror que la religión, la moral, el hombre nos mete en la cabeza...

H. D. – Ainsi, en guise de conclusion, le mal ne viendrait pas du corps lui-même... mais bien d'ailleurs ?

 

A. E. – (…) Le corps impose sa présence et exige de manière souveraine que ses désirs soient satisfaits. Tant qu'il ne cause de mal à personne, tant qu'il n'offense, ne moleste ou ne blesse personne, rien du corps n'est répréhensible. (…) Le mal ne vient pas du corps, et peut-être pas non plus de l'âme, mais de l'horreur que la religion, la morale et l'homme nous mettent dans la tête...