Góngora
Comedia del doctor Carlino

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Graphe d’interlocution (cliquez ici pour plus d’explications)

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Góngora

1613

Comedia del doctor Carlino

Édition de Antonio Carreira
2017
Université Paris-Sorbonne, LABEX OBVIL, 2017, license cc.
Ont participé à cette édition électronique : Felipe Joannon (Édition TEI et stylage), Hector Ruiz (Édition TEI et stylage), Aude Plagnard (Édition TEI et stylage) et Frédéric Glorieux (Informatique éditoriale).

COMEDIA DEL DOCTOR CARLINO §

Hablan en ella:

  • GERARDO.
  • CARLINO, médico.
  • TANCREDO.
  • ENRICO.
  • DON TRISTÁN.
  • TISBERTO.
  • CASILDA.
  • LUCRECIA.

ACTO PRIMERO §

Entran Gerardo y el doctor Carlino.

DOCTOR

Gerardo, nuestros abuelos,
gradüando sus espadas
en las leyes de sus duelos,
mancharon las estacadas
5 con la sangre de sus celos.
Ley tan bestialmente impresa
solamente hoy se profesa
entre galanes de vacas,
a cuyas armas no flacas
10 es palenque la dehesa;
y estos días para mí
tan discreto Marte está,
que manda se quede así
quien se convirtiere ya
15 por Venus en jabalí.
¿Sabéis lo que decir quiero?
Que será un puerco casero
quien por una mujer zaina
desnudare de su vaina
20 ningún colmillo de acero.

GERARDO

Desde una roca un doctor
muy bien por la paz aboga,
sin considerar mejor
que de la más grave toga
25 hace banderas Amor.
Y más si se dan las manos
Amor y Honra, tiranos
los más crüeles del mundo,
más tirano este segundo
30 que los tres sicilïanos.
Ambos con emulación
porfïada, si no igual,
hacen de un mortal arpón
y de un gusano inmortal
35 sujeto, mi corazón.
Porque la honra, Carlino,
cual la conciencia imagino
que labra con su gusano,
sino que una roe a lo humano
40 y otra roe a lo divino.
Si a Tancredo cada día
el nido yo le fïaba
de la bella fénix mía,
del ídolo que adoraba,
45 de la alma con que vivía,
¿queréis que le haga el buz
porque el día de la Cruz
me arcabuceó este nido,
si yo el papel he leído
50 con que atacó el arcabuz?
Y si vos sois buen testigo
que Enrico los aires bebe
ballesteando a su amigo
el armiño, cuya nieve
55 era el calor de su abrigo,
¿paréceos que será esta
razón justa, causa honesta,
para besar yo la mano
de un amigo, de un hermano,
60 que está armando la ballesta?

DOCTOR

Gerardo, no te prometas
de amigos
Aparte.
(cual yo lo soy),
menos que estas dulces tretas,
y más de hermanos, que hoy
65 no hay hermandad sin saetas.
Amistades ya, ni espadas,
no las hay cual las pasadas;
y si las buscáis, yo fío
que no le halléis a un río
70 vueltas más disimuladas.
Un estoque es, bien delgado,
el amigo que hoy se usa,
de acero tan mal templado,
que aun en la vaina se excusa
75 de hallarse con vos al lado.
Y ojalá él hiciese ya
lo que el estoque hará
cuando la ocasión suceda,
que el estoque, al fin, se queda,
80 pero el amigo se va.

GERARDO

Luego ¿solo queréis que ande?

DOCTOR

¿Con quién andaréis mejor?

GERARDO

Es melancolía muy grande.

DOCTOR

¿Y si os lo manda el Amor?

GERARDO

85 Aunque el Amor me lo mande.

DOCTOR

Muchas tiene en la ciudad
cofradías la amistad.
Si los que ya veis quién son
están en la Enclavación,
90 entraos en la Soledad.

GERARDO

Sigo vuestro parecer;
y pues ya la razón hoy
tanto me ha dejado ver
que de luz cofrade soy,
95 de sangre ellos lo han de ser.

DOCTOR

Gente es bien disciplinada.

GERARDO

Doctor, no me digáis nada,
que acrecentáis mi mohína;
yo haré su disciplina
100 de los filos de esta espada.
Cinco años ha, y aun más,
que por esta mujer ardo,
sin templar mi ardor jamás.

DOCTOR

Si ha cinco años, Gerardo,
105 al quinto no matarás;
pues mandamiento es, de Dios,
justo es lo obedezcáis vos
sin amenazar castigos
a vuestros caros amigos,
110 que caros fueron los dos.

GERARDO

Bien dijo que tordo es,
un dotorcillo hablador,
cierto ingenio cordobés,
porque quien dijo dotor,
115 tordo dijo, del revés.
Quien con amistad ingrata
las veras de burlas trata
y del peligro hace juego,
con leña corrige el fuego
120 y con aceite lo mata.
Ves mi honra en opiniones
y la fe de esotra en dudas,
¿y a reducirme te pones
con ilaciones agudas
125 de sofísticas razones?

DOCTOR

Pues lo llevas de esa suerte,
mata a entrambos; pero advierte
que ha de ir contigo el doctor,
porque el médico mejor
130 un montante es, de la muerte.
Murcia le da de su acero
la malla terciopelada
y, para el trance más fiero,
un boticario es, su espada,
135 y su puñal un barbero.
Sabe como una beata
de la facultad que trata,
pues que recetando vive,
y sin escrúpulo escribe
140 y con escrúpulos mata.

GERARDO

Bien está. Pero, a fe mía,
¿no será bien que esta daga,
convertida en pluma un día,
cualque rótulo le haga
145 al bote de la atutía?
De la tía repulgada
que empanar hombres le agrada
con la sobrinilla loca,
prestando, su infame toca,
150 el repulgo a la empanada.
Acertada cosa fuera.

DOCTOR

¿Qué peor pudiera ser?

GERARDO

Una puñalada fiera.

DOCTOR

¿Puñalada a una mujer?
155 ¿Quién, Gerardo, se la diera?

GERARDO

Yo, que a estas viejas barbudas
en matallas pocas dudas
pusieran las manos mías.

DOCTOR

¿Quién te ha hecho Matatías,
160 cuando quiero que seas Judas?
No ya el macabeo caudillo,
sino aquel siempre travieso
calabrés, poco sencillo,
que mató más con el beso
165 que el otro con el cuchillo.
De él has de ser hoy traslado,
bien y fielmente sacado;
tan fielmente, que del sino
del señor doctor Carlino
170 has de andar autorizado.
A la disimulación
mi consejo hoy te condena.
Pide el ánimo al hurón,
la máscara a la sirena
175 y la cola al escorpión;
y, sobre todo, el recato
pide al ladronesco trato,
que a un ladrón y a un ofendido,
cuando nube no el vestido,
180 fieltro ha de ser el zapato.
El triste, a quien le sucede
cosa tal y tan pesada,
coserse la boca puede,
que darle lengua a una espada
185 a toda locura excede.
Calle el desdichado, y crea
que será cosa muy fea
publicar tan gran revés,
y ya que Cornelio es,
190 Cornelio Tácito sea.

GERARDO

¿Qué tenemos, pues, del raro
cuadro de nuestra Lucrecia?

DOCTOR

Que es casto menos que caro.

GERARDO

¿En cuánto la hechura precia?,
195 que en ningún precio reparo.

DOCTOR

Cien escudos de oro fino
te dejarán ser Tarquino;
y si esta noche quies sello,
su lecho te espera, bello,
200 a pesar de Colatino,
a quien no faltando en nada,
yo, en palabras no sencillas,
lo entretendré en mi posada,
mientras su Babieca ensillas
205 y te ciñes la su espada.

GERARDO

Trazas tienes, y modelos
para reparar mis celos,
tan excelentes que, en suma,
a un rasguño de tu pluma
210 son poco papel los cielos.
Solo mi honor te replica
ser vergonzosa esa paga,
porque a fe que no me pica
tanto que la honrada lo haga,
215 como que pida la rica.

DOCTOR

En pedir tiene su proa
la mujer de mayor loa,
porque la más singular
es vecina de Tomar,
220 veinte leguas de Lisboa.
No permite su interés
que en su jardín nazca en vano
el narciso de baldrés,
ni aun la palma de la mano,
225 sin llevar fruto después.
Todas, por más que las doro
con católico decoro,
deseando ver están
el paganismo en Orán,
230 que diga, la paga en oro.

GERARDO

Dices muy bien lo que pasa:
todas juegan a ese juego
en la calle y en su casa,
y sólo no envida luego
235 la que de falso se pasa.
Dará cartas muchos días,
pero serán las de Urías,
y si os restáis a un abrazo,
dándoos ella con el mazo,
240 os dejará hecho Macías.
¿Cien escudos han de ser?
Cien años esté de un lado.

DOCTOR

Gerardo, quien a ofender
entra a un hombre tan honrado,
245 ciento y más ha menester.
Venganza es, y no apetito.

GERARDO

¿Quién a Casilda el maldito
papel escribió?

DOCTOR

Tancredo.

GERARDO

Pues a él en costas puedo
250 condenallo por lo escrito.
Si por mí el viaje acetas,
al marido le haré costas,
porque serán dulces tretas
que ella me tenga las postas
255 y él pague las agujetas.
Quiero, con ardid extraño,
que las costas de este daño
él las pague, porque entiendo
se disimula un remiendo
260 mejor si es del mismo paño.

DOCTOR

¿Cómo ha de ser?

GERARDO

Bien está.
¿Qué tenemos de Leonora?

DOCTOR

Su nombre te lo dirá,
que era un león no ha una hora
265 y es una cordera ya.
Visítola de opilada,
y a su pulso tu embajada
con estos dedos le digo;
que aprovecha mucho al higo
270 una y otra pulgarada.
Fingí tu billete luego
y leíselo también,
instando mucho mi ruego
en que algún duro desdén
275 no fuese porte del pliego.
Representele el afán
que tendrá, si a don Tristán
se la concede su hermano,
que, aunque es galán no muy cano,
280 es más viejo que galán.

GERARDO

¿Qué hay, pues, de ese casamiento?

DOCTOR

Que no lo rehúsa Enrico.

GERARDO

¿Con un hombre de años ciento?

DOCTOR

Nunca tiene edad el rico.

GERARDO

285 Siempre es pobre el avariento.

DOCTOR

Verdad es, y bien verdad,
que con gran puntualidad
Enrico me ha cometido
que al señor barbiteñido
290 le verifique la edad.

GERARDO

¿Quién tendrá en los años cuenta,
que sabe engañar la tinta?

DOCTOR

Muy poco importa que mienta
la brújula de la pinta
295 a los que han hecho setenta.

GERARDO

¿Qué respondió al fin Leonora?

DOCTOR

Que esta noche tendrás hora.

GERARDO

Y si yo hiciese ya
cómo introducirme allá,
300 ¿gritaría la señora?

DOCTOR

¿Y el ídolo soberano,
de beldad imagen rara,
Casilda?

GERARDO

Doyla de mano.

DOCTOR

Soplado me has en la cara
305 en la mitad del verano.

GERARDO

Su nombre ya con su fama
escupo.

DOCTOR

¿No es ya tu dama
madona?

GERARDO

Leonora viva.

DOCTOR

Arrójome a tu saliva
310 como a los baños de Alhama.

GERARDO

¿Tanto de esta novedad,
Carlino amigo, te huelgas?

DOCTOR

Celébrala mi amistad,
porque tu memoria cuelgas
315 hoy a la inmortalidad.
Tras cinco años de martirio
y ceguedad, gran colirio
te ha traído Rafael;
y si te lo trajo él
320 su altar ilustrará un cirio.

GERARDO

Agradézcote esa cera,
ofrenda, al fin, de tu celo.

DOCTOR

Aparte.
Cuando yo se la ofreciera,
Casilda, bien sabe el cielo
325 que a tu devoción ardiera.
Adoro tu sombra.

GERARDO

Baste
que mi hacienda se gaste,
sin desperdiciar mis años.

DOCTOR

Llegado han ya tus engaños
330 a la tienda del contraste.

GERARDO

Si acaso noticia tienes,
mis prójimos en el Pardo
traen penachos tan solenes
como a tu amigo Gerardo
335 orlan sus benditas sienes.
Vive Dios, que no me visto
de las pieles en que he visto
gamuzarse otros galanes,
por no quedar con los canes
340 por lo cervantes malquisto.
Quince años ha que ando,
de lo que ahora me pesa,
harpías alimentando
que, sobre ensuciar mi mesa,
345 todas se han ido volando.

DOCTOR

¿Con quién batieron sus alas
esos pájaros que igualas
a las aves de Fineo?

GERARDO

Por Dios, que aun esas no creo
350 que fueron de uñas tan malas.
Una con un ginovés,
otra con un capitán
que pasó a Flandes después,
otra con un gavilán
355 capirote de baldrés.

DOCTOR

¿No añades a esas desgracias
los embustes y falacias?...

GERARDO

¿De quién?

DOCTOR

De aquella mozuela,
cuya casa era vihuela
360 de seis órdenes.

GERARDO

Deo gratias,
el fin ya de esa derrota
un matrimonio ha de ser.

DOCTOR

De cierto ladrón se nota
que se iba a retraer
365 debajo de la picota.

GERARDO

Quédese esto aquí, que voy.

DOCTOR

O yo Carlino no soy,
o a buscar vas a Tancredo.

GERARDO

Es verdad, porque si hoy puedo,
370 me he de satisfacer hoy.
Vete con Casilda tú,
que te ha enviado a llamar.

DOCTOR

¿Hala asombrado algún bu?

GERARDO

Yo, entretanto, iré a buscar
375 cien vecinos del Perú.

DOCTOR

Como tú la boca le abras,
de los que trajo en las zabras
mil te dará, yo lo fío.

GERARDO

Voyme, y si acá te lo envío,
380 entreténmelo en palabras.

DOCTOR

¿Tomará traídos balajes
esa garduña señora?

GERARDO

Tomara que estos ultrajes
no sepa Casilda.

DOCTOR

Aparte.
Ahora
385 lo veredes, dijo Agrajes.

GERARDO

Amigo, ¿qué dices?

DOCTOR

Digo
que no debe ser mi amigo
quien de mí eso se promete.

GERARDO

Quédate, y perdona.

DOCTOR

Vete,
390 que yo me quedo conmigo.
Vase Gerardo.
Profunda ciencia de valor divino
de Apolo nieta y de Esculapio hija,
cuyas insignias son una sortija,
precioso engaste de un guijarro fino:
395 con tu licencia ya el doctor Carlino
de tu amarilla borla se cobija,
falsamente arrollando en su valija
el mal iluminado pergamino,
despojos de un hermano que en Valencia
400 murió, en tus facultades gradüado,
y mi necesidad los hizo herencia.
Si pequé en ello, muera el que ha pecado,
mas oye antes quién soy, sagrada ciencia,
por que muera, a lo menos, confesado.

405 Un pobre aragonés soy
nacido en Calatayud
de humildes padres, mas limpios
como el rayo de la luz.
Fuime a Valencia muchacho,
410 adonde en mi juventud
fui demonio por Valencia,
encarnado y aun azul.
Aprendí allí lo que basta
para engañar al común
415 con dos o tres aforismos
del médico de Corfú.
Murió mi hermano, y dejóme
sus cartas en un baúl,
con que pienso marear
420 todo el norte y todo el sur.
En sus grados y en su nombre
me envestí con prontitud,
y llegué a esta ciudad, donde
soy un Galeno andaluz.
425 Sangro al tiento y purgo al vuelo
sin tener método algún,
como pescador de caña
o tirador de arcabuz,
y tengo, gracias a Dios,
430 tanta dicha en dar salud,
que mis primeras visitas
son vísperas del capuz.
Con los de mi facultad
soy un mico de Tolú,
435 que con monerías granjeo
amistad y gratitud.
Portundo soy en el mar,
que haciendo a todos el buz,
buen viaje digo a todos
440 aunque encuentre con Dragut.
¿Yo sustentar opiniones
contra el doctor Dingandux,
que no sustento una mula
por no dalle medio almud?
445 ¿Yo conferencias en justas,
que el horno son del Padul,
poca poya y muchas voces,
sombrerazo y mientes tú?
Abrenuncio, Satanás,
450 a otra puerta, Bercebú,
que mi negocio es solapo,
lisonja y solicitud.
Curo las damas del pueblo
y trato la jumentud
455 de los galanes, y a todos
soy médico de orozuz:
dulce, pero chupativo,
que, pregonando virtud,
la voz tengo de Jacob,
460 y las manos, de Esaú.
Confieso de cuando en cuando
en el nombre de Jesús,
con que el más celoso fía
su encina de mi segur.
465 Los búcaros para mí
son las minas del Perú,
según tengo de opiladas
infinita multitud.
Visítolas, y a las bellas,
470 como si fueran laúd,
busco en los trastes del brazo
consonancias de salud.
Si las sangran del tobillo,
asisto con una luz
475 a ver trozos de marfil
cual no los vio Calicut.
Miro manos, y sé de ellas
lo que sabe un avestruz,
a lo cual acuden todas
480 como moscas a alajud.
Hablo a Blancaflor en Flores,
a Lindaraja en Gazul;
Blancaflor me da jamones,
Lindaraja, alcuzcuzú.
485 Si Flores da el par de guantes
del mejor ámbar de Ormuz,
Gazul, la cadena de oro,
señas de su esclavitud.
Ándome como la abeja
490 con pronta solicitud,
ya desflorando el romero,
ya sobre el almoraduj.
Fullero, siempre doy cartas
a uno y otro tahúr;
495 a los pobres doy primera
y a los ricos les doy flux.
A Enrico traigo en zaranda
como grano de altramuz,
y en la red anda Tancredo
500 coleando como atún.
Don Tristán, barbas al olio,
hijo de Sarra y Matús,
que fue paloma y ya es cuervo
mediante cierto betún,
505 por mis trazas pisa el viento;
Tisberto muere y, según
lo tratan mis embelecos,
ocupará el ataúd.
Por medio el alma a Gerardo
510 le envaino hasta la cruz
el mayor embuste mío,
espada de Sahagún.
De las lágrimas de todos
515 y estoy llorando más que ellos:
Amor, bien lo sabes tú.
Refiéreselo a la ciencia
que es diosa de la salud,
mientras que yo voy a ver
520 la causa de mi inquietud.
Entra Casilda.

CASILDA

¿A dónde bueno, doctor?

DOCTOR

A veros, dulce Casilda.

CASILDA

Ya que la mentís, mentilda
con más dorado color.
525 Quien desde ayer por la tarde
se ha estado sin que me vea
bien será que no lo crea
y mejor que no lo aguarde.
Y quien por toda esa calle
530 viene hablando entre sí
no viene a buscarme a mí,
y así, es bien que no me halle.
Cúbrese el rostro

DOCTOR

Desvía la mano aleve,
no des a la nieve enojos,
535 que siendo soles tus ojos
no es bien que les fíes la nieve.
Baste, lisonjera, ya,
según mal me correspondes,
que no esté aquí lo que escondes,
540 sin que escondas lo que está.

CASILDA

¡Graciosa incredulidad!
¿Qué escondo yo, ni qué ausento?

DOCTOR

La memoria, el pensamiento,
el alma, la voluntad,
545 porque aquí, Amor es testigo,
solo asiste por mi mal
una funda de cristal
de esto invisible que digo.

CASILDA

No poco, a fe, me alborota
550 el sobresalto, doctor,
que dé alfeliche a tu amor,
cuando entendí tenía gota.
Y es cosa bien importuna
que ahora me estés llamando,
555 no a ver a tu amor volando,
sino a mecello en la cuna.
Al cabo de tantos días
de satisfación y fe,
me pides ahora que
560 arrulle tus niñerías.
Cuando he lïado la ropa,
sin dejar clavo en pared,
para que hoy vuesa merced
sea el toro de esta Europa,
565 viene con impertinencias,
y yo necia que respondo,
con que ausento y con que escondo
tres docenas de potencias.
Váyase a carlinear
570 con aquella opiladica
que, porque blando le pica,
la quiere ahora acerar.

DOCTOR

Casilda, al diamante bello
el batillo y burilallo
575 no es para despedazallo,
sino para conocello.
Y así, señora, el hablarte
incrédulo de esta suerte
no ha sido por ofenderte,
580 sino por calificarte.
Y por vida de tus ojos,
que son de mis ojos vida,
que nuestra amistad despida
cualquiera ocasión de enojos.
585 Hablemos de lo que importa.

CASILDA

Anda Gerardo hecho un Marte.

DOCTOR

De un cuarto de hora a esta parte
menos ya su espada corta.
Los celos envainó ya
590 por flechar amores nuevos,
y yo le empollé los huevos
que ahora sacando está.

CASILDA

¿Por qué, di?

DOCTOR

Porque a un doctor
ocasiones peligrosas
595 fuerzan a usar de ventosas
para divertir a Amor.
Ya te dije en el estado
que lo dejé con Lucrecia,
que si no es ahora necia,
600 cien escudos ha tocado.
Y si él es discreto ahora,
afirmarte muy bien puedo
que se los pidió a Tancredo
para dar a la señora.

CASILDA

605 ¿De suerte, amigo, que dices
que al capricornio galán
sacándole ahora están
de su brazo las narices?

DOCTOR

Eso es mismísimamente.

CASILDA

610 ¿A Tancredo?

DOCTOR

A su mercé.

CASILDA

¡Excelente cosa, a fe!

DOCTOR

Pero no muy excelente,
que al pagar darán cuidado,
que no es granjería muy rica
615 el crédito en la botica
si es, lo que tomáis, fïado.
Dos veces el gusto estraga
sin ninguna bastar poma:
la una cuando se toma,
620 la otra cuando se paga.

CASILDA

¿Cento scuti?

DOCTOR

Di oro in oro.

CASILDA

Cancaro.

DOCTOR

Cazzo, madona.

CASILDA

Galantísima persona
habrá andado con el toro.

DOCTOR

625 Parece que huelgas de ello.

CASILDA

Parece que no me pesa,
pues me obliga más apriesa
a sacudillo del cuello.

DOCTOR

Pues luego esta noche quiere
630 cerrar con otro bagaje:
perdóneme el mal lenguaje
la madama por quien muere.

CASILDA

¿Es Leonora?

DOCTOR

La repropia.

CASILDA

No hay que pedille perdón,
635 que en ella es la discreción
blanco y rubio en Etïopia.

DOCTOR

No tienes razón, que es
discreta.

CASILDA

Como tu mula.

DOCTOR

Eso poco la atribula,
640 porque yo ando en mis pies.

CASILDA

Yo haré que mula te den.

DOCTOR

No será en este lugar,
aunque esto de muladar
en ningún lugar más bien.

CASILDA

645 Si eres mi esposo esta noche,
ver mañana determino
en mula al doctor Carlino
y a doña Casilda en coche.

DOCTOR

¡Oh qué donaire! ¡Oh qué historia
650 para un doctor de estornudos,
que le pagan en menudos,
cuando no es en pepitoria!

CASILDA

No entiendo eso cómo es.

DOCTOR

Yo sí, y tú lo entenderás,
655 cuando me paguen los más
en beso manos y pies,
que el pagar no es ordinario
en ochavos, pues se tiene
por fiesta harto solene
660 la que trae tal ochavario.
Y hay mayor mal, que un crïado
le impone sisa mayor
a la paga de un doctor
que a la carne y al pescado.
665 Como no hay otra moneda,
si no es esta de vellón,
paje o pájaro sisón
con buena parte se queda.
Y hay días, Casilda, hartos,
670 si la memoria recoges,
que todos son ya relojes
principalmente en dar cuartos.
Con estas ayudas que
Hipócrates nos dejó,
675 ¿qué mula he de tener yo?

CASILDA

¿Qué mula? Yo lo diré:
una nueva, pisadora,
y negra como una endrina,
que solo será mohína
680 por la que te ha dado ahora.

DOCTOR

Pues ¿no me ha de amohinar
que me obligues a tener
lo que mañana has de ver
que no puedo sustentar?
685 Cuanto más, si he de decillo,
que cualquier doctor Galeno,
y más si es veintidoseno,
una mula es su cuchillo.
Halló por su dicha el triste
690 visitas en su visita;
la ocasión lo solicita,
su flaqueza no resiste.
Quédase el pobre aleando
en las varetas de liga
695 y, mientras en la vejiga
está la orina mirando
de las picantes señoras,
la mula con su percoj,
hecha mano de reloj,
700 señalando está las horas.
Y de la suerte que un ojo
en la margen de una historia,
al más flaco de memoria
le está haciendo del ojo,
705 en la margen de la casa,
donde más se disimula
un doctor, tiene su mula
tres ojos para el que pasa,
para el que, yendo pian piano,
710 déle o no le dé molestia,
ha de conocer la bestia
del señor doctor Fulano.
Eso no, amiga.

CASILDA

Eso sí,
amigo, así os guarde Dios:
715 mula ha de haber para vos,
como coche para mí.
Y si no coche, escudero
calviluciente y barbón,
no amovible, ni alquilón,
720 festivo ni dominguero,
que cada sábado vea
la letra dominical,
sino un barbas de Nabal
sea Carmelo o lienzo sea.

DOCTOR

725 Doña Casilda.

CASILDA

Doctor.

DOCTOR

Aún no estamos desposados
para recibir crïados.
Consideradlo mejor.

CASILDA

Antes que llegue a ser novia
730 escudero quiero cano,
que me reciba la mano
sobre paño de Segovia,
porque hará buena acogida,
según tienen vecindad,
735 paño de aquella ciudad
a nieve de la Fuenfrida.

DOCTOR

¿Que determinas, al fin,
echar de Ñuflo García
por medio de una crujía
740 que crujir haga el chapín?
¡Oh vanidad de mujer!

CASILDA

Maridico de futuro,
escudero quiero puro.

DOCTOR

Pues aguado ¿puede ser,
745 si no se busca despacio?

CASILDA

Ñuflos y reñuflos chero.

DOCTOR

¿Cuántos, niña?

CASILDA

Un escudero.

DOCTOR

Lo concedo.

CASILDA

Vi ringrazio.
Nunca tratara mi hermana
750 con el figón que trató
porque no aprendiera yo
qualche parola toscana.

DOCTOR

Todo se admite en palacio,
Casilda.

CASILDA

Luego, ¿decís
755 que con buen gusto me oís?

DOCTOR

Volentieri.

CASILDA

Vi ringrazio.
Solo resta que me des
palabra.

DOCTOR

¿De qué, señora?

CASILDA

De comprar.

DOCTOR

¿Qué?

CASILDA

Una andadora
760 que te solivie los pies;
una que, aunque con afán,
haciendo su freno pluma
y tinta fina su espuma,
escriba en cada zaguán:
765 «Aquí llegó a esta posada
un doctor, que traer pudiera
el olio en la faltriquera
y en la pretina la azada».

DOCTOR

¿Pullitas, Casilda, a mí?
770 No quiero mula que escriba.

CASILDA

Sí, doctor, así yo viva,
o me desmayaré aquí.

DOCTOR

No haréis tal, por san Acacio,
que me iré antes.

CASILDA

Ya me fino.
775 Mula, amor; mula, Carlino.

DOCTOR

La comprerò.

CASILDA

Vi ringrazio.
Entra Tancredo.
Señores míos, ¿qué voces
son estas? ¿Qué es lo que pasa?

DOCTOR

No ha entrado una mula en casa
780 y ya está tirando coces.

CASILDA

De melindroso el doctor
se ha perdido, y de gallardo,
siendo como es de él Gerardo
tan amigo y tan señor.
785 Llegó ayer un forastero
vendiendo una mula negra
(que aun la relación alegra
y vale cualquier dinero),
concertóla en cien ducados,
790 que cien maravedís son,
pero en tan fuerte ocasión
que me ha puesto a mí en cuidados.
Está el pobre sin un cuarto,
Gerardo sin un real;
795 yo, aunque no tengo caudal,
el caudal que tengo parto.
Ofrézcole mis joyuelas
aun para más que empeñallas,
él no ha querido aceptallas,
800 melindre de cuatro suelas.
En esta medio batalla
estábamos no ha un momento.
Yo de corrida la cuento,
y él de empachado la calla.

TANCREDO

805 Doctor, si una empresa honrada
es para amigos de ley,
«aquesta empresa, buen rey,
para mí estaba guardada».
Cuanto más que entiendo yo,
810 y no lo dudo, señora,
que para esta mula ahora
cien escudos me pidió
Gerardo; y fue gran ventura
el tenellos tan a punto.

CASILDA

815 Que fueron estos, barrunto,
para otra cabalgadura.

TANCREDO

¿Compra algo?

CASILDA

No, sino paga
una yegua de un amigo.

TANCREDO

Holgaré, Dios es testigo,
820 que della se satisfaga.
¿Es buena, si dicen?

CASILDA

Creo
que te ha de parecer bella,
porque tú has andado en ella.

TANCREDO

¿Es la yegua de Amadeo?

DOCTOR

825 Sea la yegua que fuere,
de tu ánimo, Tancredo,
tan agradecido quedo
cual lo verá quien viviere.
Guarda, amigo, tu dinero,
830 si a mi gusto te regulas,
que cuando yo quiera mulas
me las hará el zapatero.
Comprar mula mi pobreza
muy grande locura es:
835 bástame el corcho en los pies,
sin subirlo a la cabeza.

CASILDA

Oh qué humildades son esas,
doctor, tan impertinentes;
muy grande flaqueza sientes
840 de la amistad que profesas
con los que podrán pensar
que sin duda debes ser
cobarde en agradecer
y olvidadizo en pagar.

DOCTOR

845 No soy, puédolo decir
a fe de doctor de bien,
sino el mismo empacho, y quien
morirá por no pedir.

CASILDA

Deja que los pida yo
850 a quien los pagaré presto.

TANCREDO

Muy bien, doctor, me está esto.

DOCTOR

Señor Tancredo: a mí, no.
¿Pedir para mí y quedar
a la satisfación de ello?
855 Tus labios, Casilda, sello
para no dejarte hablar.

TANCREDO

Ya es mucho melindre ese;
si yo con gusto dar quiero
a Casilda este dinero,
860 y ella aceptallo, no os pese;
fuera de que para esto
Gerardo me envió acá,
y muy bien dispuesto está,
si ello así estaba dispuesto.

DOCTOR

865 Por la borla de mi grado
que pensar tal no es razón,
o muera de torozón
la mula que aún no he comprado.
Para lo que acá te envía,
870 yo después te lo diré,
que cierta cosa es, a fe,
mucho más tuya que mía.

TANCREDO

Voy, pues.

DOCTOR

¿A dónde?

TANCREDO

A mi casa
por los dineros.

DOCTOR

Detente,
875 que ir no es cosa conviniente
donde de celos se abrasa
tu mujer. Dale cuidados
Casilda, ¿y para el doctor
que solicita su amor
880 vas a sacar cien ducados?
Sacarasla de jüicio.

CASILDA

¡Válgame Dios! ¿Y tan recia
es la señora Lucrecia?
Vestíos, Tancredo, un silicio.
885 Ocúpese la señora
en el bastidor que está,
sin que en más dibujos ya
se meta.

TANCREDO

¡Es gran bordadora!

DOCTOR

Dinerillos este día
890 el bastidor le ha valido.

TANCREDO

Nunca yo, doctor, le pido
cuenta de su granjería.

CASILDA

Yo apostaré que a esta hora
se ha dado algún agujazo.

DOCTOR

895 Al menos, sin embarazo
trabaja.

TANCREDO

¡Es gran bordadora!

DOCTOR

A fe que te quiere bien
quien de tu mujer te cela:
victorioso el favor vuela,
900 vencido huye el desdén.

CASILDA

A fe que ha sido el doctor,
como docto y como diestro,
famoso abogado vuestro
en las audiencias de Amor.

TANCREDO

905 Humilde y agradecido,
cuando no fuera de seso,
a la una los pies beso
y al otro las manos pido,
para no tan solo en ellas
910 ponelle los cien escudos,
sino pensamientos mudos
más que tiene el cielo estrellas.

DOCTOR

Dad, Casilda, a tal amante
señas de vuestra amistad.
915 ¿Tenéisle amor?

CASILDA

Voluntad.

DOCTOR

¿Con firmeza?

CASILDA

De diamante.

DOCTOR

¿Qué ha de ser?

CASILDA

Favorecido.

DOCTOR

¿Cuándo?

CASILDA

Vos lo sabéis eso.

TANCREDO

A la una los pies beso
920 y al otro las manos pido,
pues en ellas veo que están,
según mi ventura quiso,
las llaves del Paraíso
de este venturoso Adán.

DOCTOR

925 ¿No habla muy bien?

CASILDA

Dulcemente.

DOCTOR

¿Persüade?

CASILDA

Y aun obliga.

DOCTOR

¿Qué habéis de ser ya?

CASILDA

Su amiga.

DOCTOR

¿Inconstante?

CASILDA

Consistente.

DOCTOR

¿Qué merece?

CASILDA

Ser querido.

DOCTOR

930 ¿Con demasía?

CASILDA

Con exceso.

TANCREDO

A la una los pies beso
y al otro las manos pido.
Y sin más aguardar, voy
a traer este dinero.

DOCTOR

935 De tu casa no lo quiero.

TANCREDO

No será, a fe de quien soy.

CASILDA

Id por él, pues, y volved,
advirtiendo, amigo leal,
non fagades ende al,
940 so pena de mi merced.
Vase Tancredo.
¿Qué tal ya la mula es,
doctorísimo señor?

DOCTOR

Casildísima, mejor
que las que calzan mis pies,
945 pues que, sin andar, mejoro
mis pasos, y decir puedo,
si presta en oro Tancredo,
que es la mula como un oro.

CASILDA

¡Qué socarrón tan crüel
950 has andado con este hombre!
Celebren de hoy más tu nombre
treinta palmas y un laurel.

DOCTOR

¡Oh qué atractivo diapalma
fuiste, amiga, para el mismo!
955 Bien te debe el chupatismo
cien laureles y una palma.

CASILDA

Mirad con qué dos se toma,
y entre qué dos piedra imanes
le suspenden sus afanes
960 al zancarrón de Mahoma.

DOCTOR

Muy bien has andado hoy:
desollarás mil Tancredos,
si tus ojos y mis dedos
hacen señas de rentoy.
965 No falten para el Medoro
que cité denantes yo.

CASILDA

Si es Enrico, ya pasó
con grande cadena de oro.

DOCTOR

Volverá a dejar, Enrico,
970 el cabestrillo dorado,
que al cuervo lisonjeado
queso se le cae del pico.

CASILDA

Bien fïarás de la zorra
que, por más que sea protervo,
975 no volará tanto el cuervo
cuanto ella en su alcance corra.

DOCTOR

O pídele a la tortuga
te preste el paso en la arena
para alcanzar la cadena
980 y acelerar nuestra fuga.

CASILDA

¿Para cuándo la señalas?

DOCTOR

Para esta noche la guardo,
si encerrar puedo a Gerardo,
que es su prisión nuestras alas.

CASILDA

985 ¿Dónde, amigo, y de qué modo?

DOCTOR

En cas de Enrico, señora.
No preguntes más ahora,
que después lo sabrás todo.
Y antes de nuestra partida
990 dejemos el finiquito
que los hebreos a Egito
la noche de su huida.

CASILDA

¿Cómo?

DOCTOR

Pidiendo y llevando,
que mulas tengo alquiladas,
995 de pensamientos herradas,
que nos sacarán volando.

CASILDA

Hágase de esa manera.
Hurtémonos a esa hora,
que quiero morir doctora,
1000 si he vivido bachillera.
Patria, adiós, posada mía,
nudoso balcón gallardo,
que los celos de Gerardo
vistieron de celosía,
1005 habiendo en casa postigo
que se abre sin que se oya,
por do entró el caballo a Troya
preñado de quien no digo;
paredes que piedras nuevas
1010 os dieron dulces canciones
de músicos Anfïones,
como a los muros de Tebas;
calle, que centellas puras
despediste ya, sacadas,
1015 cuando no a golpes de espadas,
a fuerza de herraduras:
Casilda se va y os deja
por un matrimonio honrado:
escudero, don, estrado,
1020 dueña en sala y mico en reja,
pero no temáis que impida
desvanecimiento nuevo
el sentimiento que os debo
por leyes de la partida.
Llora Casilda.

DOCTOR

1025 ¿Lloras, Casilda? Y yo lloro
por seguirte, pues me sigues.
Quiera Dios que no me obligues
a más por leyes de Toro.
Hace que llora el doctor y entra Enrico.

ENRICO

¿Qué desgracia ha sucedido,
1030 que tantas lágrimas cuesta?

CASILDA

No es ya sino razón esta:
regar lo que se ha barrido.

ENRICO

Grandes señas son de enojos
ver rompidas sin consuelo
1035 las cataratas del cielo
que se abrevia en vuestros ojos.

DOCTOR

Del diluvio sólo sé
que aquel aposento esconde
las sierras de Armenia, donde
1040 paró el arca de Noé.
Sus rüinas podréis verlas
sin las aves que batieron,
y animales que movieron,
plumas de oro, y pies de perlas.

ENRICO

1045 No entiendo.

DOCTOR

Lesbina ayer
un arca descerrajó
y a Casilda le llevó
hasta el menor alfiler.
Vienes muy en hora buena,
1050 a tiempo que traes, Enrico,
si la oliva no en el pico,
el arco en esa cadena.

CASILDA

Miente el doctor.

DOCTOR

Es verdad.

ENRICO

Si, dulce señora mía,
1055 de esta cadenilla fía,
Amor, tu serenidad,
aunque cuatro caracoles
no vale, sírvete de ella,
que no es bien, Casilda bella,
1060 que sean ríos tus dos soles;
1504a rayos de luz será bien,
1504a y no lágrimas de enojos,
1504a que den tus hermosos ojos
1504a cuando alguna cosa den.

CASILDA

Aunque era crïada nueva
Lesbina, llorar me place
la soledad que me hace,
no las cosas que me lleva.
1065 Y pues que no lloro aquí
sino la ausencia que digo,
la cadena os dejo, amigo,
por que no huyáis de mí.

DOCTOR

En secreto.
Necia sois mayor de marca
1070 si tal hacéis; recebilda,
que bien estará, Casilda,
el arco dentro del arca.
Vuélvese a Enrico
También yo a Casilda cedo
en ocasión como esta
1075 cien ducados, que me presta
para una mula Tancredo.
Y está ya la impertinencia
tan señora de vasallos,
que no ha querido aceptallos:
1080 no sé qué sueña su encia.

ENRICO

Basta que el ofrecimiento,
amigo doctor, sea mío,
para que vista un desvío,
Casilda, de cumplimiento.

CASILDA

1085 Si basta un solo cabello
para atar mi voluntad,
sin que haya necesidad
de echarme cadena al cuello,
con razón, Enrico, poca
1090 en prisión me ponéis, dura,
que esclava soy bien segura
y amante no soy muy loca.

DOCTOR

¡Qué cosa tan porfïada!
Dadme la cadena a mí.

ENRICO

1095 Doctor mío, veisla ahí.
Toma el doctor la cadena

DOCTOR

No hay cosa de oro pesada.
Si derribare la mano
tanto más será süave,
que es bienquisto por lo grave
1100 este metal indïano.
Toma.
Dale la cadena a Casilda.

CASILDA

¿Qué?

DOCTOR

Desembaraza
la mano.

CASILDA

¡Oh, qué gran fatiga!

DOCTOR

Chitón, que esta no es, amiga,
cadena, sino mordaza.

CASILDA

1105 ¡Tal violencia! Dios, Lesbina,
no perdone tu flaqueza,
que tu hurto fue pobreza
y su reparo es mohína.

DOCTOR

Por Dios que haces agravio
1110 a la voluntad de Enrico.
Tenlo por mancebo rico
y por galán sin resabio.
No lo conoces bien tú.

ENRICO

Ojalá cada eslabón
1115 de oro tuviera un millón
y de hechura un Perú,
que aun no tuviera valor,
cuanto más una cadena
que solo tendrá de buena
1120 dalle tú su resplandor.
Toma Casilda la cadena.

CASILDA

Ojalá, Enrico gallardo,
batiera el tiempo a compás
alas de mi amor no más,
y no celos de Gerardo,
1125 para que en dulces empleos
vieran nuestros corazones
logradas las ocasiones,
satisfechos los deseos.
¿Soy ninfa silvestre, y vos
1130 algún monstro de la tierra
que con pies de cabra yerra,
hecho de las selvas dios,
para que yo, fugitiva
por el monte y la campaña,
1135 mi cuerpo esconda una caña
y eterno mi desdén viva?
No sois sino quien recelo,
por vuestra edad floreciente,
os desvanezca una fuente
1140 o os arrebate algún vuelo,
porque vuestras partes bellas,
si no mienten mis temores,
darán número a las flores
cuando no pisen estrellas.

DOCTOR

Aparte.
1145 Tomad, niñas, para hilo,
que se gasta el fabulaje:
Satanás corta el lenguaje
y Judas cose el estilo.
¿Tal sois, señora mujer?
1150 Pues, aunque pavón no soy,
trescientos ojos desde hoy
en la cola he de tener.

ENRICO

Dame el cristal de tus manos,
sirena dulce y crüel,
1155 para que, viéndome en él,
haga tus temores vanos;
y mírame en paz, que a fe,
si me das este consuelo,
que los faroles del cielo
1160 ponga debajo del pie.

DOCTOR

Tancredo viene, señores:
hipocresía, mesura.

ENRICO

¡Oh qué corta es mi ventura!

DOCTOR

Ya llega a los corredores.
Entra Tancredo.

TANCREDO

1165 ¿Enrico?

ENRICO

¿Tancredo?

TANCREDO

¿Acá?

ENRICO

Vengo a buscar al doctor,
que no sé con qué dolor
mi hermana Leonora está.

CASILDA

Gran pena me ha dado Enrico
1170 con el dolor de su hermana.

TANCREDO

La causa ¿es grave?

ENRICO

Liviana.

DOCTOR

Y yo que lo certifico.
Hablan a coros, en secreto Tancredo con el doctor a una parte, y a otra Casilda con Enrico

TANCREDO

Doctor.

DOCTOR

Amigo, hablad quedo.

CASILDA

Mi gusto, Enrique, os ordena
1175 que del hurto y la cadena
no sepa nada Tancredo.

ENRICO

Casilda, harélo así.

CASILDA

Muy bien está. Basta que
la mula al doctor le dé
1180 sin que me dé nada a mí,
que en materias de interés
soy mariposa que vuela
a la luz de la candela
donde fenece después,
1185 simplicísima.

DOCTOR

Eso no.

TANCREDO

Doblones son, en verdad.

DOCTOR

A Casilda se los dad,
pues Casilda los pidió.

CASILDA

Enrico, el doctor ahora
1190 dirá el modo que ha de haber
para volveros a ver
solo esta noche.

TANCREDO

Señora.

ENRICO

¡Oh gloria mía!

TANCREDO

El doctor
os remite este dinero.

CASILDA

1195 Hoy lo hacéis caballero.

TANCREDO

Él me hará gran señor.

CASILDA

Llegaos acá.
Truécanse y vuelven a hablar en secreto, a coros, Casilda y Tancredo a una parte, y el doctor y Enrico a otra

ENRICO

En mi verdad,
que se me había olvidado
lo que más me da cuidado.

DOCTOR

1200 ¿Qué es? Dilo.

ENRICO

Esta negra edad
de don Tristán, que bien negra
la está haciendo la tinta,
pues cuanto más él se pinta
más se ensucia y nos alegra.

DOCTOR

1205 Yo lo sabré en un momento,
con una traza discreta.

ENRICO

¿Con qué?

DOCTOR

Con una receta,
potro al darle este tormento.

TANCREDO

¿Esta noche tal favor?

CASILDA

1210 El doctor os dirá cómo.

TANCREDO

Las manos, señora, os tomo
para besallas.
Vuélvese Casilda a hablar alto con el doctor.

CASILDA

Doctor,
mirad no venga Gerardo;
llevad estos caballeros.

DOCTOR

1215 ¿Volveré esta noche a veros
con lo que os he dicho?

CASILDA

Aguardo.
Vase Casilda.

TANCREDO

Aparte.
Conmigo debe de ser.

ENRICO

aparte.
Yo apostaré que es conmigo.

TANCREDO

En secreto.
¿Hemos de volver, amigo?

ENRICO

En secreto.
1220 Amigo, ¿hemos de volver?

DOCTOR

¿Vámonos, señores?

TANCREDO, ENRICO

Sí,
vamos.

DOCTOR

Aparte.
¡Qué lindos camellos!
Han pensado que es a ellos,
y aguarda a mihi vel mi.
Vanse.

ACTO SEGUNDO §

Entran Gerardo y Lucrecia.

GERARDO

1225 Lucrecia bella, el príncipe troyano,
que tan por su mal fue pastor ideo,
cuando admitió a düelo soberano
tres derechos divinos y un deseo,
no vio distinto, no, en medio del llano
1230 lo que yo junto en vuestro lecho veo:
beldad desnuda con saber armado
y valor de excelencias coronado;
y así, en mi bolsa he dado
a Venus los estrechos dulces nudos,
1235 a Juno el oro, a Palas los escudos.
Reales plumas, cuyo dulce vuelo
si de plumas no fue, fue de reales,
me levantaron hoy a vuestro cielo,
adonde el néctar se sirvió en cristales
1240 y en los rubíes dos, que admira el suelo,
cuantos labran dulcísimos panales,
hechos abejas de Hibla, los amores,
que son miel y no dejan de ser flores.
Soberanos favores,
1245 ser de Venus, si no Adonis segundo,
el primer Ganimedes en el mundo.
Lasciva invidia le consume el pecho
al decano inmortal del alto coro
que, por manchar un casto y otro lecho,
1250 fingió ser cisne ya, mintió ser toro,
de que por más hermosa causa, hecho
luciente pluvia yo de granos de oro,
si engañar el cuidado no he sabido
de un padre rey, de un viejo prevenido,
1255 al menos de un marido
frustrar sé los designios
Aparte.
(de quien hube
los granos de oro que llovió la nube).
No cuente piedra, no, este alegre día,
que a tanta dicha su blancura es poca;
1260 cuéntenlo perlas, que el oriente fía
de la purpúrea concha de tu boca;
cristal lo cuente, que la industria mía
en tu roca gozó, que ya no es roca,
sino cuerpo de espumas animado
1265 que venera por madre el dios vendado.
¡Dichoso el que a tu lado
no a lumbre muerta en noche gozó oscura,
sino con sol, el sol de tu hermosura!

LUCRECIA

Bien quedo lisonjeada
1270 del servicio que te he hecho,
si tanto vas satisfecho
cuanto me dejas pagada;
y aunque te he servido en nada,
estimar puedes, Gerardo,
1275 que del lecho que mal guardo
las primeras son tus huellas:
disculpen el yerro ellas,
pues son de pie tan gallardo.
Que aunque de estos yerros es,
1280 cualquiera disculpa, mala,
o bien los lime la gala,
o los dore el interés,
pondérenmelos después
la que tragar brasas pudo,
1285 o la que al puñal desnudo
dio el pecho, que admitirán
la lima de tal galán
y el oro de tanto escudo.

GERARDO

Esto, señora Lucrecia,
1290 no es sino como se toma,
que de la que admiró Roma
hiciera donaire Grecia.
Necia fue Porcia, y más necia
la de tu nombre, y lo fundo
1295 en que a Porcia echó del mundo
el no admitir segundo hombre,
y nada a la de tu nombre,
admitido ya el segundo.

LUCRECIA

Cuando no sea a la malicia
1300 del vulgo, en todo ignorante,
la satisfación bastante
de tu gracia y mi cudicia,
defenderá mi justicia
un doctor que me ha inducido
1305 a todo lo que has querido:
un doctor tan bachiller,
que es salud de la mujer
y enfermedad del marido.

GERARDO

Que el vulgo se satisfaga
1310 no lo solicito, amiga,
antes le dejo que diga,
como él me deje que haga.
Que es impertinente y vaga
la satisfación del necio,
1315 pues cuanto más la da recio
tanto más la hace pregón,
y así, de satisfación
la convierte en menosprecio.
Holguémonos, por tu vida,
1320 sin dar a nadie respuesta,
que acusación manifiesta
es, la excusa no pedida.

LUCRECIA

Mejor es que te despida,
por que no venga Tancredo.

GERARDO

1325 No tengas, Lucrecia, miedo,
que yo sé que anda ocupado,
y estar sobre su cuidado
como sobre prendas puedo.

LUCRECIA

No es nuevo el entrar en casa,
1330 en el lecho, sí, Gerardo,
y así, del lecho me guardo,
no le diga lo que pasa.
Su cielo dará una voz,
que es cielo y sabrá tronar,
1335 cuando no me sepan dar
sus sábanas una coz,
que de las sábanas pueden
las piernas, aunque de holanda,
darme una coz, y no blanda.

GERARDO

1340 A toda razón exceden
tus temores.

LUCRECIA

Mil testigos
es la conciencia del reo,
y cuantos doy pasos creo
que son lenguas de enemigos.
Aparte.
1345 Tisberto amigo, ¿soy yo
la que te desdeñó ya?
Sí soy, y rendida está
quien tus señas arrastró.
No es Amor quien me ha rendido,
1350 sino un vengativo afán
por quitalle a una, el galán,
que me quitaba el marido.
Llama Tancredo dentro

TANCREDO

¡Lucrecia!

LUCRECIA

¡Ay, triste de mí!

GERARDO

Subid acá.

LUCRECIA

¿Qué haré,
1355 que el chapín me niega el pie,
confesando la que fui?
Entran Tancredo y el doctor.

TANCREDO

El doctor viene conmigo,
Lucrecia.

LUCRECIA

Acá está Gerardo.

GERARDO

Muy gran rato ha que os aguardo.

TANCREDO

1360 Buen alcaide es un amigo.

DOCTOR

Y más tal amigo, a quien
le entregara yo el Peñón.

GERARDO

No se perdiera, patrón.

DOCTOR

¿Acabóse aquello?

GERARDO

Bien.

TANCREDO

1365 ¿Son menester otros mil?

GERARDO

Antes sobraron aquellos.
Bésoos las manos por ellos.

DOCTOR

¡Oh ceremonia gentil!

GERARDO

Pedíos el dinero yo
1370 para lo que efecto no hubo
y en lo que conmigo estuvo
riquísimo me dejó.
Volví a traellos volando
y, no hallándoos aquí,
1375 a Lucrecia se los di,
con quien me he estado hablando.

LUCRECIA

¿Cómo? ¿Cuál? ¿Qué?

TANCREDO

Ten sosiego.

GERARDO

Los cien escudos os pido
que traje a vuestro marido
1380 y os los di a vos.

LUCRECIA

No los niego.

DOCTOR

Quisiéralos la señora
para oro y para plata.

TANCREDO

Este bastidor la mata,
doctor.

DOCTOR

Es gran bordadora.

LUCRECIA

Aparte.
1385 Quisiéralos, vive Dios,
para hacer de ellos dos pagas
a quien entrara dos dagas
por las almas de los dos.
¿Tal burla a Lucrecia?

TANCREDO

Amigo,
1390 gran pagador sois.

GERARDO

Tancredo,
pagándoos, pagado quedo
de mis intentos, y digo
que, dándoos los cien ducados
en vuestra propia moneda,
1395 aun escrúpulo me queda
de que os los vuelvo en cornados.

TANCREDO

Con la brevedad sospecho
que me queréis engañar.

DOCTOR

Osaría yo apostar
1400 que el engaño ya está hecho.

TANCREDO

¿Cómo?

DOCTOR

Como si esta tarde
te pidiese mil escudos,
el zurrón no tendría nudos
y del cofre harías alarde.

TANCREDO

1405 Jesús, doctor, ¿quién lo duda?

GERARDO

Bien sabe la que está allí
lo que tú tienes en mí,
y lo calla, aunque no es muda.
Ella a lo menos dirá
1410 que, en baja ocasión ni en alta,
no hace Tancredo falta
adonde Gerardo está.
Yo se lo estaba diciendo
cuando tú entrabas en casa.

DOCTOR

1415 Bien sé de eso lo que pasa.

TANCREDO

Y yo, Gerardo, lo entiendo.

LUCRECIA

Aparte.
¿Hay quién paciencia me preste
para que en tantos enojos
no me saque a mí dos ojos
1420 por sacalle un ojo a este?

TANCREDO

¿Qué dices, Lucrecia?

LUCRECIA

Digo
que puedes fïar, señor,
la salud, de este doctor,
y la honra, de este amigo,
1425 cuanto más suma tan breve
de dinero mal prestado
que, aunque a ti te lo ha pagado,
a mí todo me lo debe.

TANCREDO

¿Por qué?

LUCRECIA

Porque a negallo
1430 estuve casi resuelta,
y si lo niego, otra vuelta
era forzoso el pagallo.

TANCREDO

Es verdad que algo alterada
te reconocí, Lucrecia.

LUCRECIA

1435 Alterada como necia,
y necia como burlada.

TANCREDO

¿Y qué burla fue?

LUCRECIA

Escuchad,
aunque mi honra me cuesta.
En secreto el doctor con Gerardo.

DOCTOR

Mayor burla sería esta
1440 si dijese la verdad.
Barajadle el naipe vos,
o harélo yo.

GERARDO

Has de saber
que le acabo de hacer
un picón, y aun creo que dos.

TANCREDO

1445 Veamos.

GERARDO

Yo me fingí
corredor de unos bordados,
para lo cual cien ducados
en tus doblones le di.

TANCREDO

Extremada.

GERARDO

Luego yo,
1450 de la ganancia, es verdad
que le pedí la mitad,
y que la mitad me dio.

TANCREDO

¿Aceptaste?

GERARDO

Luego a la hora.
Tras esto, de corretaje
1455 le pedí no sé qué gaje.

TANCREDO

¿Diolo?

GERARDO

Sí.

TANCREDO

Es gran bordadora.

DOCTOR

Baste ya, señores. Dalde
lugar.

TANCREDO

Ella está perdida.

LUCRECIA

Aparte.
Es verdad que estoy corrida
1460 como picada de balde,
mas los huesos de los Laras
de moros los vea pisados,
si no hiciere cruzados
los doblones de sus caras.
Entra Tisberto.

TISBERTO

1465 ¿Está acá el doctor?

TANCREDO

¿Sobrino?

TISBERTO

Bésoos las manos, señor.
Vengo a buscar al doctor.

DOCTOR

Aquí está el doctor Carlino.

TISBERTO

Don Tristán te anda buscando.

LUCRECIA

1470 ¿Qué tiene mi tío?

TISBERTO

Nada.

DOCTOR

¿Dónde queda?

TISBERTO

En su posada.

DOCTOR

¿Solo?

TISBERTO

Con Enrico hablando.

DOCTOR

Luego iré.
Vuélvese a Tancredo y dícele en secreto:
Oídme, Tancredo,
aunque Lucrecia nos vea:
1475 esta noche es bien que sea.

TANCREDO

¿Quieres matarme? Habla quedo.
Hablan en secreto Tancredo y el doctor.

GERARDO

Lucrecia bella.

LUCRECIA

Alevoso.
Vuélvese a Tisberto.
Tisberto, llégate acá.
Hablan en secreto

GERARDO

¿Así se desdeña ya
1480 un amigo semiesposo?
No quiero serte pesado.
Goce el pobre de Tisberto,
sobre tres años de muerto,
algo de resucitado.
1485 Lo que ha padecido el pobre
resistiendo a tu desdén,
escollo al mar no tan bien,
ni al austro se opuso robre.

TANCREDO

Buena es la traza.

DOCTOR

Excelente.

TANCREDO

1490 ¿Quién, pues, hará ese ademán?

DOCTOR

¿Quién? Tisberto y don Tristán.

TANCREDO

A toda ley, un pariente:
Tisberto, sobrino mío,
por suya mi honra precia;
1495 don Tristán, tío de Lucrecia,
con más de padre que tío.

DOCTOR

Muy bien les puedes fïar
este negocio y tu casa.

TANCREDO

Bien entiendes lo que pasa.
1500 De Pamplona a Gibraltar,
y desde el cabo de Gata
al cabo de San Vicente,
más leal y más valiente
no sirve al rey, ni armas trata,
1504a que Tisberto: y para mí
1504b la virtud del mozo es tal
1504c que no hay culpa venïal
1504d en cuanto se habla allí.

DOCTOR

1505 No lo dudo. Escucha, pues.
Vuelven a hablar en secreto Tisberto y Lucrecia.

TISBERTO

¿Que te movió el llanto mío?
A no estar allí mi tío
me derribara a tus pies.
Pero, ¿qué importa que esté?
1510 Dame las manos, señora.

LUCRECIA

No es tiempo, Tisberto, ahora
de besar mano ni pie,
cuando ofrezco a tu esperanza
lo que ha tanto que te niego,
1515 si de tu espada mi ruego
impetra cierta venganza.

TISBERTO

¿Quies que le quite algún guante
al animal más feroz
el imperio de mi voz,
1520 las armas de mi semblante?
¿Quies, con un solo bastón,
que te hurte el brazo mío,
aunque en poder de mi tío
te corone un escuadrón?
1525 ¿Quies que, después de hurtada,
asegure nuestro amor
la Troya de mi valor,
cuyos muros son mi espada?

LUCRECIA

No quiero, amigo gallardo,
1530 tu voz, tu bastón, tu Troya,
sino que... (escucha, no me oya
este traidor de Gerardo).
Vuelven a hablar en secreto.

GERARDO

De estas dos balanzas vengo
a servir hoy de fïel,
1535 y lo que yo tengo de él
lleve Judas, si algo tengo.
Lamedores del doctor
regalado me han el pecho,
de manera que estoy hecho
1540 un magistral lamedor.
Andaba yo antes muy necio
diciendo lo que sentía,
sintiendo lo que decía
y dándolo todo a un precio;
1545 ofreciendo mi persona
con voluntad verdadera
a manquitos, que de cera
se ofrecían a madona;
ya a lo moderno he de andar,
1550 colear quiero y lamer,
al más lamido morder
y al mordido saludar.
A Lucrecia tengo en pan,
en pastel me falta ahora
1555 de echar, si puedo, a Leonora,
que está para don Tristán.
Picarésela a lo menos,
pues tiene dientes gastados.
Mas, necio, ¿diez mil ducados
1560 con un ángel no son buenos?
Bonísimos; pues, ¿qué aguardo?

LUCRECIA

¿Qué te rascas?

TISBERTO

Aparte.
¡Cosa es recia,
hermosísima Lucrecia,
cruzar la cara a Gerardo!
1565 ¿A un amigo cuchillada?

LUCRECIA

¿Qué me respondes?

TISBERTO

Aparte.
Que quiero
consultárselo primero
al licenciado almohada.
No por que sepas mi tío
1570 quiere bien a esa mujer
has, Lucrecia, de querer
que mate un amigo mío.

LUCRECIA

Pues, señor don Manüel,
¿tal león tenéis delante
1575 que, en vez de quitarle el guante,
dejáis que me dé con él?
¿Tan gran escuadrón de gente
es la espada de Gerardo,
que el bastón de Mandricardo
1580 me desampara vilmente?
¿Y paladïón tan fiero
vuestra Troya atemoriza,
que ha convertido en ceniza
los muros que eran de acero?

TISBERTO

1585 Lucrecia, así Dios me guarde,
que treinta paciencias pierdo,
de que, en naciendo uno cuerdo,
lo bauticen por cobarde.

DOCTOR

Las cosas bien se harán
1590 si no se altera el concierto;
lleva instruido a Tisberto,
que yo tendré a don Tristán.

TANCREDO

Pues, doctor, luego a la hora
seremos allá los dos.

DOCTOR

1595 Señora Lucrecia, adiós.

GERARDO

Adiós, Lucrecia, señora.

LUCRECIA

¿Disolviéronse los tratos?

TANCREDO

Entra acá, Tisberto amigo.

DOCTOR

Quod scripsi, scripsi, digo.

LUCRECIA

1600 Palabritas de Pilatos.
Éntranse Tancredo, Lucrecia y Tisberto.

DOCTOR

Buena dejas a Lucrecia.

GERARDO

Mejor queda su marido.

DOCTOR

Mi tonto esta tarde ha sido,
mientras ella fue tu necia.

GERARDO

1605 ¿Cómo?

DOCTOR

Después lo sabrás,
que ahora el tiempo nos falta
para la burla más alta
que se habrá hecho jamás.

GERARDO

Extremada fue la mía.

DOCTOR

1610 Fuelo tanto que, por eso,
he yo nuevamente impreso
la que encuadernar quería.
Deseo con tanto extremo
que te cases con Leonora,
1615 que pienso luego a la hora
meter vela y calar remo.

GERARDO

Pues, si he de decir verdad,
yo más que tú lo deseo,
por hacer tan rico empleo
1620 de virtud y de beldad.
Mas tan prendado está Enrico
con don Tristán, que lo dejo.

DOCTOR

¿No ves que tiene de viejo
lo que le sobra de rico?
1625 Y más que sabe, la dama,
que se anda meando en pie,
si bien yo le he dicho que
tiene zalea en la cama.
Un poco al fin de la unción
1630 y mucho de la avaricia
van templando la cudicia
y apagando la afición,
cuanto y más que mi cuidado
aun no te dijo denantes
1635 los fundamentos bastantes
que en este edificio he echado,
gastando con ella yo
mucho más materïal
que en el alcázar real
1640 de Toledo se gastó,
con que tengo las paredes
del edificio gallardo
en tal punto que, Gerardo,
esta noche cubrir puedes.

GERARDO

1645 ¡Oh leal siempre doctor!

DOCTOR

Aparte.
¡Tan leal como el del beso!

GERARDO

¿Qué traza, pues, das?

DOCTOR

A eso
voy, señor gobernador.
A jugar os podéis ir
1650 al mandracho de Marcelo
hasta que el Argos del cielo
sus ojos comience a abrir.
Saldréis luego, y contra vos
un hombre meterá mano,
1655 a quien le daréis de llano
un espaldarazo o dos;
no sean grandes, que al más chico
voces dará sin concierto:
«¡Que me han muerto, que me han muerto!»,
1660 y a las voces saldrá Enrico.
Fomente con eficacia
vuestra turbación mi enredo,
que él os ha de meter miedo
ponderando la desgracia.
1665 Vos socarrón, él cumplido,
pensando que os hace engaño,
tanto apretará en su daño
que os daréis vos por vencido,
y en su posada ligero
1670 entrará, que no debiera,
no un caballo de madera,
sino un garañón de acero.
Del brazo os ha de meter,
o yo me pelaré estas,
1675 donde las cosas dispuestas
halléis a vuestro placer.

GERARDO

¿Quién, amigo, no te abraza?

DOCTOR

Abrazos pienso hüillos,
que ajan los abanillos
1680 y no valen en la plaza.

GERARDO

Esta bolsa que, pendiente
como lámpara de plata,
sesenta doblones ata
(si no digo ciento y veinte
1685 escudos, por alegrarte
con la multiplicación)
te ofrece mi devoción.

DOCTOR

Las manos he de besarte.

GERARDO

Estos y más gané ayer
1690 y hoy con ellos he ganado
no menos que un nuevo estado,
que estado es tomar mujer,
y más, doctor, la gentil
hermosa dama que ofreces,
1695 que es duquesa diez mil veces,
pues trae ducados diez mil.

DOCTOR

Al encuentro ya nos salen
don Tristán y Enrico juntos.

GERARDO

Tomado hemos grandes puntos
1700 contra los dos, si nos valen.

DOCTOR

Déjalos, y a mi posada
a Bertucho ve a mandar
que me traiga a este lugar
mi ferreruelo y mi espada;
1705 y vuelve luego al mandracho,
que se va poniendo el sol.

GERARDO

¿Ha de entender español
a estas horas el borracho?
Vase Gerardo y salen don Tristán y Enrico.

DON TRISTÁN

Todo hoy te ando a buscar.

DOCTOR

1710 Aunque lo hubiera sabido,
mis enfermos me han tenido,
que hay muchos en la ciudad.

DON TRISTÁN

¿Que hay enfermedades?

DOCTOR

Muchas,
y aun casi epidemïales.

DON TRISTÁN

1715 Renegaré de mis males.

ENRICO

Ya el doctor pesca sus truchas.

DON TRISTÁN

Esperad, que luego salgo.
[Vase don Tristán]

ENRICO

Seis veces en media hora
ha entrado.

DOCTOR

Para Leonora
1720 es como un oro el hidalgo.

ENRICO

¿Tan enfermo y tan galán?

DOCTOR

Solicitad, pues, aprisa
un orinal con camisa,
que eso mismo es don Tristán.
1725 Pues, Enrico...

ENRICO

Ten silencio.

DOCTOR

¿A un viejo que un muerto es
tan hermosa viva quies
juntar? ¡Oh crüel Mecencio!

ENRICO

Haz diligencia en sus años.

DOCTOR

1730 Descuídate, que mi pluma
hará muy presto la suma
de ellos o de sus engaños.

ENRICO

¿Es amigo de vivir?

DOCTOR

Tanto como yo tu amigo.
1735 Escúchame lo que digo.

ENRICO

¿Quién te dejará de oír?

DOCTOR

Va, pues, de juego: ya sabes
en cuán estrecha prisión
vive Casilda, y que son
1740 de su libertad las llaves
los celos y la persona
de Gerardo. ¡Amistad santa,
al que hoy los fueros quebranta
de tu santa ley, perdona!,
1745 que lágrimas de una dama,
vertidas por un galán,
todo aquello borrarán
que escribiere quien me infama.

ENRICO

Pues qué, ¿llora por mí?

DOCTOR

Llora
1750 ríos tan crecidos que,
perdido en sus ondas pie,
me han arrojado aquí ahora.
Presupuesto, pues, que quiere
lo que estáis vos deseando,
1755 y que ha remitido el cuándo
a lo que yo dispusiere,
pues tanto importa ausentallo
por una noche o por dos
para que la gocéis vos,
1760 vistos bien los autos, fallo
que esta noche será bien
que al salir temprano o tarde
de jugar, alguien aguarde
a Gerardo (y daré quién
1765 lo haga) y, a las primeras
cuchilladas, los pies vuelva
como corzo que en la selva
plumas se calza ligeras.
Entra don Tristán.

DON TRISTÁN

Perdonad mi dilación.

ENRICO

1770 Perdonad nuestro recato.

DOCTOR

Quien nos deja cada rato
no busque conversación.

DON TRISTÁN

Doctor, no me olvides.
Aparte.
Reina
de los jazmines, Leonora,
1775 más canas gozan la Aurora
que las que don Tristán peina,
y lisonjera y süave,
flores ciñe y perlas llueve
sobre los copos de nieve
1780 que teñir, tinta no sabe.

DOCTOR

[A Enrico]
Ofrecereme yo al punto
y, encareciendo el suceso,
al recluso haré preso,
y aun al herido, difunto.
1785 Con lo cual, dos, tres y aun cuatro
días, si no son más ya,
de esta fábula podrá
ser tu aposento teatro.

DON TRISTÁN

[Aparte]
Que teatro su aposento
1790 será, a Carlino le oí,
y teatro, para mí,
tálamo es de casamiento.
Será, pues, bien que mañana,
si la estangurria porfía,
1795 me purgue, y luego otro día
no deje rastro de cana.
Quedaré sano y galán
con tinta y con medicina,
que una purga es la piscina,
1800 y la alheña es un Jordán.

ENRICO

Bien está, pero ¿no ves
que en casa de una doncella,
sin mujer mayor con ella,
es yerro y peligro es
1805 entrar humana criatura?

DOCTOR

A ese escrúpulo perdona,
que do asiste tu persona
el peligro se asegura.
La prudencia es, de tu hermana,
1810 oráculo en la ciudad,
y templo de honestidad
es, su edad florida y cana.
Pues sus años, aunque verdes,
maduro ofrecen el seso;
1815 no lo dejes, no, por eso,
que una grande ocasión pierdes.

DON TRISTÁN

[Aparte.]
Dios te dé salud, doctor,
que bien que le has respondido,
aunque oyo mal de este oído
1820 y de este otro oyo peor.
Sin duda alguna quería
oponer Enrico ahora
a la poca de Leonora
la desigual edad mía,
1825 pues el doctor respondió,
haciendo gallardo oficio
(que en la prudencia y el juicio
más años tiene que yo),
que no dejase pasar
1830 tan bien nacida ocasión,
porque yo no soy halcón
de los que se han de soltar.
Bien, a fe, se va poniendo.
Quiero entrar, pero no es bien
1835 dar señas de viejo a quien
por mozo me estoy vendiendo.
A las calzas es mejor
atreverme, pues son mías,
que, cuando un vecino a Olías
1840 diere más, salvo mi honor.

DOCTOR

El término es corto, Enrico:
o acometello, o dejallo.

ENRICO

Obedeciéndote callo
y callando te replico.
1845 Hágase, mas don Tristán
cosa alguna entienda de ello.

DOCTOR

Pues ¿para qué ha de sabello?

DON TRISTÁN

[Aparte.]
Efectüado lo han,
y sin duda que es conmigo,
1850 pues me nombraron a mí,
y siendo como es así,
mi buena suerte bendigo.

DOCTOR

Ve a prevenir tu aposento,
mientras yo de esta laguna
1855 Meotis, sin sonda alguna,
su fondo y sus grados cuento.

DON TRISTÁN

Muy bien mis cosas entablo.
Vuele mi fortuna, vuele.

DOCTOR

Por Nuestro Señor, que huele
1860 a vísperas del dïablo.

ENRICO

Pues a fe que huele mal.

DOCTOR

¡Que sin decir al que pasa:
«Agua va», las de esta casa
derramen un orinal!

ENRICO

1865 Terrible cosa es, señor.
Yo me voy, a Dios quedad.

DON TRISTÁN

Bésoos las manos.

DOCTOR

Andad.

ENRICO

Lo dicho, dicho, doctor.
Vase Enrico.

DON TRISTÁN

¿Qué hay, pues, de nuevo, mi rey?

DOCTOR

1870 Que vuesa merced se cure.

DON TRISTÁN

¿Acabóse?

DOCTOR

No me apure,
que soy amigo de ley.
Púrguese luego a la hora,
que importa.

DON TRISTÁN

Bástame eso.
1875 Las manos, doctor, os beso:
mía es la bella Leonora.

DOCTOR

Aparte.
Convertido se ha, per Deum,
en gramático nefando,
pues lo hallo declinando
1880 siempre a Meus, mea, meum.

DON TRISTÁN

¿Cuándo esta purga crüel
se recetará?

DOCTOR

Al momento.

DON TRISTÁN

¡Hola!, ¿oís? De mi aposento
me bajad tinta y papel.

DOCTOR

1885 ¿Habéis tomado el jarabe
estos cuatro o cinco días?

DON TRISTÁN

Sábenlo las tripas mías,
y mi paciencia lo sabe.

DOCTOR

¿La orina?

DON TRISTÁN

No pidáis tal,
1890 que es tarde y no la he tomado.

DOCTOR

Aparte.
(Si ya no lo ha disculpado
ser de lienzo el orinal).
Venga el pulso.

DON TRISTÁN

¿Ambos queréis?

DOCTOR

¿Qué sentís?

DON TRISTÁN

Nada.

DOCTOR

Prometo
1895 que está muy flaco el sujeto.
¿Qué edad, amigo, tenéis?

DON TRISTÁN

¿Pues manda la Medicina
que se informen de la edad?

DOCTOR

Sí, y vuestra debilidad
1900 favorece esta doctrina.
Galeno, que enseñó ya
a todos el A B C
de nuestro arte, y más a mí,
que soy en nuestra edad yo
1905 de los médicos el bu,
en un consejo que da
de febribus sine spe,
en griego nos dice así:
«Agios oheph, nepható
1910 apoton chirios i mú»,
que, por que se entienda acá,
en romance lo diré:
«Médico, si estás en ti,
no purgues a nadie, no,
1915 sin que sepas su edad tú»,
porque con la edad está
tan flaco el sujeto, que
Avicena a un alfaquí
con dos dracmas, lo mató,
1920 de sen en alcuzcuzú;
y así, como tanto va,
si no me traéis la fe
de vuestro bautismo aquí,
en vano drogas nos dio
1925 Ceilán, Malaca y Pegú.
Porque muy bueno será
que mate a vuesa mercé,
y que digan por ahí
que un doctor le recetó
1930 canina de Bercebú.
De mí tal no se dirá
si vuestros años no sé,
aunque me pongan allí
cuantas barras envïó
1935 en sus flotas el Perú.

DON TRISTÁN

¿Que en griego está escrito eso?

DOCTOR

¿Cómo escrito? En letras de oro;
a no sabello de coro,
os lo trujera aquí impreso.

DON TRISTÁN

1940 ¡Válgame Dios!

DOCTOR

¡Lindo sois!
Pues escuchadme, os lo ruego,
como a Hipócrates en griego,
en arábigo a Averrois:
«Guahalet...»

DON TRISTÁN

¿Algarabía
1945 sabéis?

DOCTOR

Muy bien.

DON TRISTÁN

San Germán
la puerta os abra de Orán,
postigo de Berbería.
No más textos.

DOCTOR

Pues, señor,
la edad venga.

DON TRISTÁN

¿La edad mía?

DOCTOR

1950 Voyme.

DON TRISTÁN

Deteneos, que el día
hace, de San Salvador,
treinta, cuarenta...

DOCTOR

¡Oh qué extraños
alambiques!

DON TRISTÁN

Y aun sudores.

DOCTOR

¿Hay partos con más dolores?
1955 Alúmbreos Dios.

DON TRISTÁN

Cincuenta años.

DOCTOR

Crecidito es el infante.
Vuélvase la pluma atrás,
que la vida iba, no más,
si diera un paso adelante.
1960 Gracias hoy vuestra salud
a su ángel dé, custodio,
de que no fue el polipodio
vísperas del ataúd,
pues de tanta edad ajeno,
1965 si calláis, el papel tomo
y caer me dejo a plomo
con tres onzas de veneno.

DON TRISTÁN

¿Es posible, doctor?

DOCTOR

Sí,
que a cada edad hay su droga,
1970 y para vos fuera soga
lo que es toca para mí.

DON TRISTÁN

Pues cincuenta y cinco son,
doctor, mis años.

DOCTOR

Buen punto
para dejaros difunto
1975 con el diacatolicón.

DON TRISTÁN

Buena burla fuera esa.

DOCTOR

No fuera menor; y, en suma,
si no queréis sea, mi pluma,
la azada de vuestra huesa,
1980 no me tengáis más en calma,
que del cuerpo es, quien os cura,
tan confesor, como el cura
es el médico del alma.
Verdad es que va la vida.

DON TRISTÁN

1985 ¡Oh qué angustias! ¡Oh qué afrenta!
Salen...

DOCTOR

¿Qué decís?

DON TRISTÁN

Sesenta
ensucia la mal teñida.

DOCTOR

Si son canas, tinta poca
las desmentirá más bien,
1990 mas si son años, el sen
tormento os dará, de toca.

DON TRISTÁN

¿Cómo así?

DOCTOR

Como hará,
si tenéis sesenta y cinco,
deis al purgatorio un brinco,
1995 si no lo dais más allá.
Aparte.
(Buen braco ha sido mi ingenio).
¿Escribo?

DON TRISTÁN

¿Qué prisa es esta?
Aún más por saber nos resta.

DOCTOR

¿Es, por dicha, otro quinquenio?

DON TRISTÁN

2000 No, sino por mi desdicha,
otros dos.

DOCTOR

Gracioso aliño
será daros como a niño
un poco de maná en chicha.
¿Setenta, y pasáis?

DON TRISTÁN

Callad.

DOCTOR

2005 ¿A quién pensabais coger
con el falso?

DON TRISTÁN

A una mujer.

DOCTOR

¿Falsos a la falsedad?,
y a quien, os prometo a Dios,
que, en siendo algo noche oscura,
2010 si le entra cierta figura,
se piensa restar con vos.

DON TRISTÁN

¿Cómo, doctor? ¿Mi Leonora
figuras espera?

DOCTOR

Sí,
y una le ha de entrar por mí.

DON TRISTÁN

2015 ¿Por vos?

DOCTOR

Dentro de una hora.

 

(No pasó adelante con esta comedia).

 

Góngora. Comedia del doctor Carlino. Table des rôles
Rôle Scènes Répl. Répl. moy. Présence Texte Texte % prés. Texte × pers. Interlocution
[TOUS] 17 sc. 527 répl. 1,6 l. 864 l. 864 l. 39 % 2 222 l. (100 %) 2,6 pers.
GERARDO 6 sc. 74 répl. 2,2 l. 436 l. (51 %) 163 l. (19 %) 38 % 1 145 l. (52 %) 2,6 pers.
CARLINO 14 sc. 207 répl. 2,0 l. 800 l. (93 %) 405 l. (47 %) 51 % 2 092 l. (95 %) 2,6 pers.
TANCREDO 6 sc. 57 répl. 0,7 l. 201 l. (24 %) 41 l. (5 %) 21 % 792 l. (36 %) 3,9 pers.
ENRICO 6 sc. 33 répl. 1,0 l. 152 l. (18 %) 32 l. (4 %) 21 % 456 l. (21 %) 3,0 pers.
DON TRISTÁN 3 sc. 41 répl. 1,0 l. 108 l. (13 %) 39 l. (5 %) 37 % 262 l. (12 %) 2,4 pers.
TISBERTO 1 sc. 11 répl. 1,4 l. 60 l. (7 %) 15 l. (2 %) 26 % 302 l. (14 %) 5,0 pers.
CASILDA 5 sc. 79 répl. 1,5 l. 294 l. (35 %) 121 l. (15 %) 42 % 760 l. (35 %) 2,6 pers.
LUCRECIA 4 sc. 25 répl. 1,9 l. 170 l. (20 %) 48 l. (6 %) 29 % 613 l. (28 %) 3,6 pers.
Góngora. Comedia del doctor Carlino. Statistiques par relation
Relation Scènes Texte Interlocution
GERARDO
CARLINO
124 l. (40 %) 68 répl. 1,8 l.
193 l. (61 %) 74 répl. 2,6 l.
4 sc. 317 l. (37 %) 2,7 pers.
GERARDO
TANCREDO
18 l. (52 %) 13 répl. 1,4 l.
17 l. (49 %) 29 répl. 0,6 l.
3 sc. 35 l. (5 %) 4,5 pers.
GERARDO
LUCRECIA
56 l. (54 %) 11 répl. 5,1 l.
49 l. (47 %) 25 répl. 1,9 l.
4 sc. 104 l. (13 %) 3,6 pers.
CARLINO
TANCREDO
44 l. (54 %) 49 répl. 0,9 l.
38 l. (47 %) 48 répl. 0,8 l.
6 sc. 81 l. (10 %) 3,7 pers.
CARLINO
ENRICO
64 l. (67 %) 38 répl. 1,7 l.
32 l. (34 %) 33 répl. 1,0 l.
7 sc. 95 l. (12 %) 2,8 pers.
CARLINO
DON TRISTÁN
72 l. (65 %) 42 répl. 1,7 l.
40 l. (36 %) 41 répl. 1,0 l.
4 sc. 110 l. (13 %) 2,4 pers.
CARLINO
TISBERTO
2 l. (27 %) 4 répl. 0,3 l.
4 l. (74 %) 5 répl. 0,7 l.
1 sc. 5 l. (1 %) 5,0 pers.
CARLINO
CASILDA
182 l. (61 %) 78 répl. 2,3 l.
122 l. (40 %) 79 répl. 1,5 l.
6 sc. 303 l. (36 %) 2,3 pers.
CARLINO
LUCRECIA
1 l. (11 %) 1 répl. 0,5 l.
4 l. (90 %) 6 répl. 0,6 l.
2 sc. 4 l. (1 %) 4,6 pers.
TANCREDO
ENRICO
3 l. (31 %) 9 répl. 0,2 l.
5 l. (70 %) 8 répl. 0,6 l.
2 sc. 7 l. (1 %) 3,9 pers.
TANCREDO
TISBERTO
1 l. (32 %) 1 répl. 0,2 l.
1 l. (69 %) 1 répl. 0,3 l.
1 sc. 0 l. (1 %) 5,0 pers.
TANCREDO
CASILDA
22 l. (40 %) 19 répl. 1,1 l.
34 l. (61 %) 27 répl. 1,3 l.
2 sc. 56 l. (7 %) 3,2 pers.
TANCREDO
LUCRECIA
4 l. (18 %) 8 répl. 0,4 l.
15 l. (83 %) 9 répl. 1,6 l.
4 sc. 17 l. (2 %) 3,6 pers.
ENRICO
DON TRISTÁN
7 l. (21 %) 7 répl. 0,9 l.
24 l. (80 %) 11 répl. 2,2 l.
2 sc. 30 l. (4 %) 3,0 pers.
ENRICO
CASILDA
18 l. (46 %) 11 répl. 1,6 l.
22 l. (55 %) 10 répl. 2,2 l.
2 sc. 40 l. (5 %) 3,3 pers.
TISBERTO
LUCRECIA
12 l. (51 %) 5 répl. 2,3 l.
12 l. (50 %) 6 répl. 1,9 l.
2 sc. 23 l. (3 %) 4,6 pers.