**** *book_ *id_body-1 *date_1628 Censura del Padre Hernando Horio (1627) Muy Poderoso Señor, En un libro de varias poesías que llaman el Homero español que recogió Juan López de Vicuña, dedicado al ilustrísimo y reverendísimo señor don Antonio Zapata, cardenal de la Santa Iglesia de Roma, inquisidor general, se hallan muchas proposiciones que totalmente son contra las buenas costumbres, obscenas y deshonestas y indignas que se dedicasen a tan gran príncipe, indignas de la dignidad que representa siendo inquisidor general; otras ofensivas de personas gravísimas, otras escandalosas, otras que son libelos infamatorios contra todos los estados; otras malsonantes, erróneas, temerarias y heréticas y sospechosas en la fe católica, por cuya causa deben ser expurgadas del dicho libro, cuyo tenor es el siguiente. 1. A folio 22, hay un soneto a una junta de mozos de malas costumbres y malas lenguas, que comienza así: «Señores académicos, mi mula». Se dicen estas palabras: … do se trata de convertir en nuncio la Anunciada, … y a la verdad no está muy mal pensando que allí en lenguas de fuego hablan todos. Censura: Este modo de hablar, mezclando cosas tan profanas con lenguaje de la Sagrada Escritura, es irrisorio y muy indecente a la autoridad de la Sagrada Escritura, que enseña haber venido el Espíritu Santo en lenguas de fuego sobre los apóstoles. 2. A folio 23, hay un soneto sátiro, el cual fue hecho al sepulcro de una mujer que estuvo amancebada veintidós años con un caballero y dice así: Yace debajo desta piedra fría mujer tan santa, que ni escapulario, ni cordón, ni correa, ni rosario, de su cuerpo jamás se le caía. Trujo veinte y dos años, día por día, un cilicio de cerdas ordinario . … Fue su casa un devoto encerramiento donde iban a hacer los ejercicios, etc. Censura: Este soneto, fuera de ser libelo infamatorio contra el estado religioso, es contra las buenas costumbres y es levemente sospechoso de luterano, cuyos errores comenzaron a dilatarse haciendo mofa y escarnio de las personas religiosas; y aquí moteja de amancebados a todos los religiosos y así es escandalosa y malsonante toda la letra y tiene calidad del oficio. 3. A folio 59, hay en la cuarta columna una décima, que es la segunda, que por obscena demasiadamente no la refiero. 4. A folio 61, se dice que los amantes que tienen el amor repartido en muchas partes tienen mucho de Dios; que comienza la décima «En trecientas santas Claras». Censura: Aquella décima atribuye la inmensidad al enamorado deshonesto, y en cuanto de los atributos de Dios acomoda a cosas lascivas; es la proposición temeraria y blasfema; debe totalmente expurgarse. 5. A folio 62, hay una décima que comienza «Marco de plata excelente» allí se dice así: baje el espíritu ardiente hablando en lenguas de fuego, que seremos allá luego, con naipes, dinero y gana. Censura: Esta proposición es escandalosa y piarum aurium offensiva; y no carece de sospecha en la fe el que para entretenimientos mundanos hace semejante invocación; y es irrisión del mismo Espíritu Santo que vaya en el alma a ilustrarla para acciones de virtud y santidad. 6. A folio 62, hay una décima que comienza así «Recebid ambas a dos». Esta es desvergonzada, obscena y deshonesta, irrisoria del estado religioso, indigna de decir cuanto más de imprimirse. 7. A folio 70, hay una letrilla que comienza así: «Que pida a un galán Menguilla». Esta contiene algunas palabras deshonestas y obscenas y contra las buenas costumbres. 8. A folio 156, hay una letrilla que comienza «Cual más cual menos» en la cual dice así: No hay lego que no sea fraile ni fraile que no sea lego y toda la sátira, que es larga, es un libelo infamatorio contra todos los estados. Censura: En no hacer distinción entre el estado religioso y secular es error expreso luterano condenado en los edictos de la Inquisición y así tiene la proposición, en el sentido con que allí se escribe, calidad del oficio; y todo lo restante de la sátira es perjudicial a todos los estados y a todas buenas costumbres, y enseña los modos de pecar, indecentísimo para ser impreso; y, dedicado al señor cardenal inquisidor, fue muy grande atrevimiento el imprimirse esto. 9. A folio 159, hay una sátira que comienza así «Dulce musa picaril», en la cual a la tercera décima, hay estas palabras: Contra los de aquella secta que Amor en su inquisición los declara con razón por herejes de bragueta. Censura: Estas palabras son irrisorias del Santo Tribunal de la Inquisición por hacer en negocios tan sucios y deshonestos alusión al juicio que en cosas de fe hace Vuestra Alteza; y son palabras obscenas y ofensivas y contra todas buenas costumbres y debe ser expurgadas por tales. 10. A folio 159, hay unas décimas que comienzan así «Todo el mundo está trocado» y dicen estas palabras: los clérigos de este año son como de Iglesia griega que alguno dellos riega tres jardines por un caño a sus gualdrapas de paño como las que trae su mula les dará la noche bula, para que entre dos cojines vaya a rezar sus maitines, y en la parte donde fuere será lo que Dios quisiere. En la misma, dice así: Algún fraile que hizo voto de pobreza y castidad tendrá por honestidad el ser del sexto devoto Y más abajo dice: De la de saya y monjil, si ya no lo fue en la cuna, no se hallará ninguna … y, en la noche que viniere será lo que Dios quisiere Censura: Toda esta letrilla, fuera de ser libelo infamatorio que desdice a las buenas costumbres, es herética en aquellas proposiciones de la Iglesia griega, la cual es católica y en lo que dice que Dios quiere los pecados de los clérigos, y en lo que dice que el fraile piensa ser cosa honesta el pecado contra el sexto mandamiento y no haber ninguna virgen, es notablemente perniciosa y sospechosa de luterana, por ser irrisión del estado religioso y de los sacerdotes, fuera de ser tan universalmente contra todos los estados. 11. A folio 160, hay una letrilla que dice «Si a gastar y pretender»; allí hay estas palabras: Imágenes descubiertas verás, que tu corazón les ofrece devoción Censura: Este modo de hablar es irrisorio al modo con que se veneran las imágenes de devoción y licencioso el mezclar con cosas profanas, cosas sagradas. A la segunda hoja está la censura que dio a estas proposiciones el padre fray Juan Gómez, definidor de la orden premostratense de la provincia de Castilla y dice así: «En este libro no hallo cosa que contradiga a nuestra santa fe católica ni a las costumbres cristianas … antes … se le debe dar al autor no solo licencia sino gracias por haberle trabajado». Y en la aprobación del maestro Vicente Espinel dice así: «que fuera de no tener cosa contra la religión y buenas costumbres…». Censura: Siendo así que está tan lleno de sátiras, de palabras sucias y deshonestas y de libelos infamatorios contra todos los estados que el autor tiene que llorar, si no los ha llorado. Está lleno de versos contra todas buenas costumbres, porque ya se ve que enseñar a pecar no es conforme a buenas costumbres, y las proposiciones erróneas, temerarias, malsonantes, heréticas y escandalosas que se han referido, todas ellas dicen que ni se leyeron ni se ponderaron, y más, siendo el libro dedicado a tan gran príncipe como el señor inquisidor general. Agravio hizo a su cristiano celo quien le puso por amparo de semejantes sátiras y pasquines. Y así debe Su Alteza mandarle reformar como cosa que con tantos títulos tiene calidad del Santo Oficio. Ha escandalizado en la Merced de Madrid, al reverendísimo señor don fray Gaspar Prieto, obispo del Alguer, al padre maestro fray Francisco Boil, predicador mayor y definidor general, al padre maestro fray Diego Juárez, elector general, y a otras muchas personas religiosas y graves. Y yo, como calificador de este Santo Tribunal, pongo a los pies de Vuestra Alteza, con las proposiciones, mi parecer para que todo lo corrija. En la Merced de Madrid, a 26 de enero de 1628 años. De Vuestra Alteza capellán, el presentado fray Hernando Horio **** *book_ *id_body-2 *date_1628 Censura de Juan de Pineda (1627) Un libro que se titula Obras en verso del Homero español que recogió Juan López de Vicuña, impreso en Madrid por la viuda de Luis Sánchez, 1627. Parece que obliga a la expurgación y corrección de este libro la mucha ofensión que ha causado en pechos de personas graves, doctas y celosas del bien común y de la reformación de las buenas y cristianas costumbres y ser comprendidas algunas partes del dicho libro en las reglas del Índice romano y en el de España de la Santa General Inquisición y por otras razones, que por menor se irán substanciando. 1°. Porque el dicho libro es contra la honra y reputación del autor y haberlo impreso y publicado es haberle hecho manifiesto agravio porque el autor, mirando prudentemente por su honra, no quiso ni permitió en su vida que sus obras se imprimiesen por lo mucho que desdecían de la dignidad y decencia de su estado de sacerdote, prebendado de una tan santa y principal Iglesia de España como la de Córdoba y capellán de su Majestad, a los cuales títulos repugnan como cosas indecentísimas, composiciones y obras llenas de todo género de inmundicia, que pasando de burlas y chocarrerías (aunque estas dice san Bernardo, que en boca del sacerdote son blasfemias), pasan a pura lascivia y descompostura intolerable y aun picardías, que tal las juzgó el mismo autor cuando llamó a su musa «picaril», las cuales son tan comunes y ordinarias en el dicho libro que a cada paso se ofrecen. Y consta no haber querido ni permitido el autor que se imprimiese ni publicase por lo que el recopilador de este libro dice en la hoja 6 al lector que la modestia del autor no permitió que anduviesen en público, y en la hoja 4, en la dedicatoria, que la modestia del autor fue tanta que viviendo «llegó a ser el aborrecimiento y desesperación de los verdaderamente estudiosos, porque casi con pertinacia les defendió la fácil y agradable comunicación de sus obras, de que gozaran si las permitiera a la estampa». Y así el mismo recopilador confiesa que ha sido inmodestia suya el haberlas impreso y publicado contra la modestia y vergüenza del autor, que es don Luis de Góngora, el cual, ni en el título ni en otra parte del libro se lee, sino solo una vez en la dedicatoria. 2°. Porque de la indignidad o infamia de un sacerdote se le sigue, como dijeron bien Crisóstomo y Sidonio Apolinar infamia y menoscabo de reputación a todo el estado sacerdotal. Y se debe ponderar el detrimento de la estimación de la fe y costumbres eclesiásticas de la Iglesia de España que se habrá causado entre los herejes a quien ya habrá llegado este libro por manos y curiosidad de los que andan entre nosotros, tan atentos todos a murmurarnos y a aprovecharse de cualquiera novedad que nos pueda deslustrar y apocar nuestra reputación. 3°. Porque, aunque este libro no sea del todo lascivo, mas porque el autor solo tuvo su famosa eminencia en lo lascivo y picaril, verde y picante, por esta sola materia y título es leído y buscado como si de esto solo escribiera. Y así hace tanto daño y se debe reputar como si ex profeso hubiera escrito de sola ella y es derechamente comprendido en la regla séptima del Índice romano y de España, que condena y prohíbe los libros que tratan, cuentan y enseñan cosas lascivas y en parte convida a ellas y las aconseja; y aun manda el Índice apostólico que los que tuviesen los tales tratados sean severamente castigados. 4°. Se sigue ser derechamente contra las buenas costumbres del pueblo cristiano y tanto más perjudicial cuanto por ser en vulgar y en verso y composición y chistes y refrancillos ridículos es más fácil de haber y más apetitoso de leer y de acordarse y repetir en conversación y fuera de ella sus dichos los doctos e indoctos, varones y mujeres, religiosas y monjas, y todos estados. 5°. Por hablar con maledicencia y picar a todos estados de la República cristiana y muy ordinario de los estados religiosos y eclesiásticos en general, diciendo mal de clérigos y bonetes, de frailes y monjas, de coronas, de jueces, de abogados, de la corte, de los títulos, de los casados, de las doncellas, poniendo en todos nota de vicios y pecados generalmente. 6°. Porque nombradamente nota e infama a personas conocidas y particulares, publicando y perpetuando con sus composiciones y versos sus pecados o defectos y amancebamientos que demás de ser contra la ley de Dios es también contra toda ley humana y de República bien gobernada y consiguientemente contra la reputación del Consejo de Castilla y de su Majestad, que para tal dieron licencia y privilegio para que se imprimiese y publicase. 7°. Porque mezcla algunas otras proposiciones dignas de más censura y calidad que deben ser borradas, que luego se señalarán viniendo a lo particular. 8°. Lo último, porque el recopilador de este libro no solo se ha mostrado artificioso en suprimir el verdadero nombre del autor, que debiera luego al principio exprimirlo y manifestarlo sencillamente, mas también muy atrevido en haberlo dedicado al ilustrísimo señor cardenal inquisidor general sin tener para ello prenda alguna ni entrada particular, pretendiendo (como se puede sospechar) con esta sombra escribir la indignidad de la obra, aunque con esto la descubrió más y el engaño de su malicia. Censura por menor de particulares lugares y proposiciones En la hoja 18, entre los «sonetos amorosos», el soneto 34, que se intitula «Al sol por qué salió estando con una dama, y le fue forzoso dejarla», es indecente, como lo es el título. Folio 15, el soneto 22, «Ídolo bello, a quien humilde adoro», loca exageración de profanos poetas, que en boca de un sacerdote y junto otras demasías se hace más intolerable y menos digna de disimularse. Entre los sonetos satíricos Folio 20, página 1. El soneto 2, que es de Isabel de la Paz, y dende que comienza «De pajes fue orinal», etc. es muy indecente. Página 2. El contra don Francisco de Quevedo, demás de nombrar y señalar persona, es muy picaril y inmundo. Folio 21. Dice mal de Córdoba, por el túmulo que hizo a las honras de la reina doña Margarita, y más dice «No des más cera al sol, que es bobería», con todo, lo de los dos tercetos, es malsonante, y parece que condena –como lo hacen herejes y moros– las luces funerales de los entierros, que dice ser superfluas en medio de la luz del día. Folio, 23, soneto 13. Nota nombradamente el amancebamiento de un caballero y nota a la mujer de beata y malamigada de veintidós años; y en el último verso, «a cuatro amigas, cuatro mil coronas», nota a eclesiásticos religiosos y sacerdotes de corona. En el mismo folio 23 y 24, sonetos 15, 16 y 17, que tratan de la corte, pueden ofender, porque son muy libres y claros. Folio 25, el soneto 24, que comienza «Las no piadosas, etc.» es sucio y nota a Italia de mal pecado. Entre los burlescos Folio 26, página 1, el soneto 2, que comienza «Pisó las calles» es sucio. Nota y señala a algunos particulares poetas. Folio 26, página 2, soneto 3, al duque de Umena, nota a Francia de comedores y bebedores y también a sus altezas. El soneto 4 afrenta a Jaén y a Baeza de los pobres túmulos y honras reales que se hicieron. Folio 29, página 1, soneto 13, no habla bien del presidente Manso, ni del alcalde Bravo. Entre los sonetos sacros Folio 33, página 2, soneto 1, comparando la muerte y pasión del hijo de Dios con el frío y estrechura del nacimiento de Belén, dice: pero más fue nacer en tanto estrecho, etc. … ¿No fue esta más hazaña o gran Dios mío? … ¿Qué más fue sudar sangre que haber frío? No basta lo que después en el último verso se quiso declarar; y no está bien dicho por ser cierto haber sido la muerte y pasión la mayor, más gloriosa y más preciosa hazaña de nuestro redentor y redención; y se debe enmendar. Folio 33, página 1, soneto 4, dice que la naturaleza de la Santísima Virgen fue incapaz de la limpieza de su concepción, aunque fue limpia, porque dice: Si ociosa no asistió naturaleza incapaz a la tuya, oh gran señora, Concepción limpia, etc. No habla bien, porque la naturaleza criada no es incapaz de los dones y bienes naturales. Entre las décimas satíricas Folio 60, página 2 y folio 61, página 1, nota nombradamente y con modo ridículo y mal oliente a un hombre grave, docto y obispo. Entre las letrillas burlescas Folio 67, letrilla 1, comienza «Si en todo, etc.» es toda poco limpia y nombra al papa y pastor. Folio 68, página 1, letrilla 4, comienza «¿Qué lleva el señor Esgueva?», etc., todo es sucio y huele mal. Folio 69, página 2, letrilla 8, que comienza «Mandadero es el arquero», etc., toda es decir cosas indignas a monjas, frailes, bonetes, celos, etc. Folio 70, página 1, letrilla 10, que comienza «Da bienes Fortuna», dice: A unos da encomiendas, a otros, sambenitos. No habla bien porque lo que se da por méritos o deméritos en materia de fe, y en cuyo tribunal se mira tanto, no es bien contarlo por bienes casuales y de fortuna. Entre los romances amorosos Folio 75, página 2, romance 3, que comienza «Dejad los libros ahora», etc., cuenta de sí mismo que estuvo con una mal amigado dos años; y no aborrece sino predica su pecado. Después dice mal de viudas, de frailes. Al fin, convida y aconseja a mala y lujuriosa vida cuando dice: Y vos, tronco a quien abraza la más lujuriosa vid … vivid en sabrosos nudos, etc. Entre los romances líricos Folio 86, página 2 y 87, página 1, romance 12, que comienza «Castillo de san Cervantes». Es maldiciente contra Toledo y de sus casados; lascivo con demasía, dende que dice en las ruinas ahora del sagrado Tajo, viendo etc. (hasta el fin) En los romances satíricos Folio 95, romance 1, Del machuelo del médico, que comienza «Cuando la rosada Aurora», etc. todo es bajezas, suena mal y huele peor. En los romances burlescos Folio 105, romance 6, que comienza «Ahora que estoy de espacio», etc. desde donde dice «Comadres me visitaban» hasta donde dice «Perdona, pues, mi bonete». Folio 107, en el romance 8, que comienza «Hanme dicho, hermanas», etc. al fin, donde dice que no sepultéis el gusto en capillas, y que a los bonetes queráis las bonitas. Folio 108, p. 2, del romance que comienza «Diez años vivió Belerma», dende donde dice «Hiedras verdes somos ambos», habla mal de canónigos y clérigos y aconseja mal. En el folio 109, romance 11, que comienza «Ensíllenme en el asno rucio», donde dice «No te parezcas a Venus» hasta el fin. Habla muy lascivamente y se pinta a sí mismo como a un «pantuflo aguileño» con «un reverendo bonete». Folio 110, romance 13, que comienza «Que se nos va la pascua, mozas», son consejo de poeta gentil, no de cristiano y sacerdote. Y ojalá no hablara como de sí, sino dijera que era traducción de lo peor de Horacio. Y después, lo último, donde dice «Por eso, mozuelas locas», etc. Folio 111, romance 14, que comienza «Hermana Marica». Acaba como suele, cuando al final dice «Porque algunas veces», etc. Folio 152, página 2, La Tisbe. Es lasciva y tiene por toda ella sembrados pasos y versos indignos. Folio 155, página 2 letrilla que comienza «Que tenga el engaño asiento». La última copla que comienza «Que no vean mil maridos», etc. es maldiciente para los casados. Folio 156, página 1. letrilla que comienza «Cual más, cual menos» dice No hay lego que no sea fraile ni fraile que no sea lego, etc. Y luego, lo que dice de doncellas y casadas y viudas, hasta el fin. Folio 158, letrilla que comienza «De aquel buen siglo dorado», murmura de madres e hijas, doncellas y casadas, letrados y médicos, etc. Folio 159, página 1, letrilla que comienza «Digamos de lo que siento», murmura de las viudas y de los jueces y justicias. Folio 159, décimas que comienzan «Dulce musa picaril» son picariles y sucias y malsonantes, porque dice mal contra los devotos, porque se contienen y les llama «herejes de bragueta», «que pudiendo ir a caballo, a pie, se van al infierno». Y si entiende de los que se quedan en malos pensamientos y deseos, absteniéndose de mala obra, no habla bien, porque es cierto que la mala obra es peor y añade nueva malicia; y es bueno abstenerse de ella. Y también a esto alude, lo que dice luego «malaya el hombre que quiere beber en taza penada», etc. y luego «que no quiero beber justo con melindres que me penen, mas con vasijas, que llenen la medida de mi gusto». Lo mismo cuando dice «qué importa que el alma coma dos bocados de un donaire, si el cuerpo queda en el aire como el pernil de Mahoma». Y luego se declara más en lo mismo. Dice mal de monjas, de guardianes, de predicadores, de cuernos, etc. y se descompone con toda suerte de doncellas, solteras, casadas, viudas, beatas. Folio 158, página 2, letrilla que comienza «Hermosa es y con dinero». Todo es notar a los padres que venden a sus hijas, a los casados de adúlteros, etc. como también la letrilla que se sigue y comienza «Sentencia es de bachilleres». Folio 159, décimas que comienzan «Todo el mundo está trocado». Dice mal de los clérigos en general y lascivamente cuando comienza «Los clérigos deste año son como la Iglesia griega» etc., y luego de los frailes «algún fraile que hizo voto» etc., y luego de las monjas «la monja en su religión», y luego de las honestas o beatas de la saya y monjil, y luego de las madres y de las hijas y de las casadas, que hay pocas fieles, y de las viudas, y de otros estados de la República, hablando de ellos generalmente. En la página 2, la letrilla que comienza «Si a gastar y pretender», etc. dice mal de todo lo de la corte y de las visitas, sentencias y acuerdos de los consejos, cohechos, etc. Cambio de mano De todo lo cual se sigue que también se deben reformar de este libro las aprobaciones que tiene, una de fray Juan Gómez en la hoja segunda, que dice que este libro alienta lo divino y no lo desfavorece, y en cuanto a lo humano, es gustoso, provechoso y dulce y que se le deben dar gracias al autor por haberlo trabajado. La otra aprobación, del maestro Vicente Espinel, que testifica que este libro no tiene cosa contra la religión y buenas costumbres. Ítem se debe reformar la dedicatoria de tan indignas cosas al dignísimo señor cardenal inquisidor general de España, y también llamar «insigne espíritu» al de estas obras y autor, alabándolo de modesto y el decir que hoy sale este libro, no sin providencia del cielo hasta ahora suspendido. Parece que se puede recoger esta impresión, expurgándola y enmendándola, a título de que se imprimió y publicó sin la voluntad, o contra la voluntad, del mismo autor, y sin la corrección y enmiendas que él hiciera si fuera vivo, lo cual es título honroso a la reputación de el mismo autor. En este Colegio imperial de la Compañía de Jesús, 2 de junio de 1628. Juan de Pineda. **** *book_ *id_body-3 *date_1628 Anexos Paratextos de la edición de López de Vicuña (1627) 1. Suma del privilegio Sin foliar, signatura ¶3v Tiene licencia y privilegio de Su Majestad por diez años Juan López de Vicuña para imprimir estas obras en verso. Su data en Madrid a veinte y nueve de febrero de mil y seiscientos y veinte años, firmado del Rey nuestro señor y refrendado de Pedro Contreras, su secretario, y despachado en el oficio del secretario Lázaro de Ríos. 2. Aprobación del padre fray Juan Gómez, definidor de la Orden Premonstratense, en la provincia de Castilla Sin foliar, signatura ¶2v Por comisión del señor doctor Andrés de Aresti, canónigo doctoral de la Santa Iglesia de Toledo y vicario general de Madrid, sede vacante, he visto este libro de Versos del Homero español que recogió Juan López de Vicuña, en el cual no hallo cosa que contradiga a nuestra santa fe católica ni a las costumbres cristianas. Y siendo así que, antes alienta lo divino que lo desfavorezca; en cuanto lo humano, le hallo tan gustoso, entretenido, provechoso y dulce que juzgo haber desempeñado su autor en nuestra lengua el gran crédito y opinión que de él tienen todas las naciones. Materias tan sazonadas, frases tan nuevas admiran, entretienen y honran nuestra lengua. Lo cual, con el esmalte de la elegancia y propiedad de voces, hace un compuesto tan grato y apacible a todos que se le debe dar no solo licencia sino gracias por haberle trabajado. Dada en este monasterio de San Noberto de Madrid en quince de enero de 1620 años. Fray Juan Gómez. 3. Aprobación del maestro Vicente Espinel Sin foliar, signatura ¶3r Por comisión y mandamiento de Vuestra Alteza he visto este libro de varias poesías que, fuera de no tener cosa contra la religión y buenas costumbres, es tan superior en la elegancia de estilo, novedad de conceptos, ingeniosas elocuciones, que hará mucho quien supiere imitarle. Merece la merced que a Vuestra Alteza pide. En Madrid a 20 de febrero de 1620. El maestro Espinel. 4. Suma de la tasa Sin foliar, signatura ¶2r Tasaron los Señores del Real Consejo cada pliego de este libro a cuatro maravedís, el cual tiene cuarenta y un pliegos y medio, que monta a cinco reales menos un cuatro. De cuya tasa dio fe Lázaro de Ríos, secretario del Rey nuestro Señor, en veinte y cuatro de diciembre de mil y seiscientos y veinte y siete años. 5. Fe de erratas Sin foliar, signatura ¶2r Este libro intitulado, Varias Rimas, recopiladas por Juan de Vicuña Carrasquilla, está bien y fielmente impreso con su original. En Madrid a diez y nueve de diciembre de mil y seiscientos y veinte y siete. El licenciado Murcia de la Llana. 6. Epístola dedicataria al inquisidor general Antonio Zapata Sin foliar, signatura ¶4r-5v Al ilustrísimo y reverendísimo señor don Antonio Zapata, cardenal de la Santa Iglesia de Roma, inquisidor general en todos los reinos de España y del Consejo de Estado del Rey nuestro señor. Ofrezco a Vuestra Señoría ilustrísima las obras de aquel insigne espíritu, hijo de aquella ilustre ciudad tan fecunda de ingenios, que en todas edades ha dado prodigios al mundo: las obras, digo, de aquel varón grande, que apenas en la boca ni en el pecho cabe su nombre, don Luis de Góngora, ardiente y ambicioso émulo de los honores poéticos latinos y toscanos, a quien venció gloriosamente, hermano al fin de Lucano y Séneca, cuyas valientes plumas, siendo entrambas felices en la erudición y elocuencia, la una cantó llorando las guerras civiles romanas y la otra fue el decoro y majestad de los coturnos trágicos. Hermano pues, digo, y tan heredero de la culta virtud de sus estudios que, aunque segundo en tiempo, no les debió ceder en la alteza y elevación del ingenio. Tan grande fue, que se agradó de peregrinar por los altos desiertos del Parnaso, huyendo de repetir las huellas de los antiguos, haciéndose para sí una nueva senda, porque no fuese solo Virgilio el que pudiese blasonar, cuando dijo: Sed me Parnasi deserta per ardua dulcis Raptat Amor iuuat ire iugis qua nulla priorum Castaliam molli divertitur orbita clivo Su modestia fue tanta viviendo que llegó a ser el aborrecimiento y desesperación de los verdaderamente estudiosos porque casi con pertinacia les defendió la fácil y agradable comunicación de sus obras, de que gozaran, si las permitiera a la estampa. Hoy salen, y no sin providencia del cielo, hasta ahora suspendidas para que tuviesen en Vuestra Señoría ilustrísima tan ilustre protector, en quien hoy resplandece tantas generosas eminencias. Las de la sangre no las diré ¿por qué para quién se dice lo que nadie ignora? Atreverme yo a ceñir en los breves términos de una dedicatoria hazañas de heroicos antepasados, que aun escritas en grandes volúmenes de historias, se quejan como las que se ven estrechas y oprimidas y parece que allí están pidiendo más dilatado campo. No me acusarán los doctos de tan vulgar osadía. Ni es menos empresa la de las virtudes naturales, dotes que ilustran el ánimo de un príncipe tan insigne, cuanto supo ser Vuestra Ilustrísima, padre y pastor de las iglesias que le encomendó el cielo; ellas lo digan. Hable Cádiz, teatro de las columnas de Hércules, que riéndose hoy de aquella fabulosa presunción, confiesa que Vuestra Señoría ilustrísima fue solo su verdadera columna. Pamplona, que puesta en los umbrales de Francia, detiene y enfrena sus generosos ímpetus, preciándose tanto de agradecida como de valerosa, no puede o no quiere enjugar las lágrimas que vertió por tan gran pérdida. Burgos, real silla de aquellos gloriosos y católicos príncipes que redimieron a España de la tiranía de los africanos; esta, en todos tiempos venerable población, vive hoy reconocida de las liberalidades cristianas de tan gran prelado. Roma, que fue largos siglos cabeza del mayor imperio de cuantos poseyó la gentilidad, y que hoy lo es de toda la espiritual monarquía, se alegra, viendo resplandecer sobre tan dignos hombros su sagrada púrpura. Nápoles, más ilustre por las cenizas de Marón que por la hermosura de sus edificios y torres admiró tanto gobierno cristiano y político. Después de tan ilustres peregrinaciones volvió Vuestra Ilustrísima a Madrid, su patria, donde está como en su centro, presidiendo al Suprema Consejo de la Santa y General Inquisición y asistiendo en las juntas del gran Consejo de Estado, admirando los unos y los otros la prudencia y prontitud con que discurre en las materias más graves. Gózase Madrid justamente de ver que el que nació su hijo ha crecido tanto que es hoy su padre. Aquí pues, pongo yo debajo de la protección de Vuestra Señoría Ilustrísima los cultos estudios de aquel peregrino ingenio, confiado de que hallará fácil la protección de un hombre solo, el que con tanta felicidad la tuvo en Roma de todo el español imperio. Guarde Nuestro Señor a Vuestra Señoría Ilustrísima como sus criados deseamos y hemos menester. En Madrid, a 22 de diciembre de 1627 años. Criado de Vuestra Señoría Ilustrísima, que sus pies y manos besa, Juan López de Vicuña y Carrasquilla 7. Advertencia al lector Sin foliar, signatura ¶6r-v Al lector. Veinte años ha que comencé a recoger las obras de nuestro poeta, primero en el mundo. Nunca guardó original de ellas; cuidado costó harto hallarlas, y comunicárselas que de nuevo las trabajaba, pues cuando las poníamos en sus manos apenas las conocía tales llegaban después de haber corrido por muchas copias. Archivo fue de ellas la librería de don Pedro de Córdoba y Angulo, caballero de la orden de Santiago, venticuatro y natural de Córdoba. De allí han salido algunos traslados. Muchos versos se echarán menos, algunos que la modestia del autor no permitió andar en público, y otros que en siete años desde el de veinte compuso, en breve se darán a la estampa con las comedias de Las firmezas de Isabela y El doctor Carlín: la primera ya impresa y la segunda que aún no acabó. Y aun se aumentará el volumen con los comentos de Polifemo y Soledades que hizo el licenciado Pedro Díaz de Rivas, lúcido ingenio cordobés. Vale, etc.